Dinero mojado
El inusual tiempo tormentoso de junio causa graves darlos en los cultivos y en los negocios veraniegos
Los comerciantes de las zonas turísticas han comprobado estos días la fatal dependencia entre el hombre y el clima. Sus chiringuitos y horchaterías, sus tiendas de helados o de ropa playera les han aportado ingresos muy inferiores a los que habían previsto. Algo tan aleatorio como el tiempo meteorológico puede echar por tierra de un plumazo los más organizados eventos: las fiestas populares, los festivales al aire libre, los cines de verano. Los agricultores también han sufrido¡ este mes lluvioso, aunque ellos están más acostumbrados a mirar al cielo y prever sus iras. San Juan de junio trajo el pasado día 24 el comienzo oficial del verano, pero los fenómenos atmosféricos no se han puesto a sus órdenes.
En Andalucía se ha experimentado un leve descenso en las reservas hoteleras efectuadas para temporada alta con respecto a los últimos años, según la Dirección General de Turismo de la Junta de Andalucía. Entre los sectores más afectados figuran las atracciones al aire libre, como parques acuáticos, cuyos responsables estiman que estos días pueden haber tenido una reducción del 10% respecto de los visitantes habituales.La lluvia intermintente que desde el pasado domingo cae en la Costa del Sol ha enturbiado las previsiones para este mes de julio. Según Pedro Turpaul, presidente de AEHCOS, asociación que agrupa a los empresarios de hoteles, la ocupación hotelera estará sólo entre un 65% y 70%, 10 puntos menos que el año anterior. Turpol añadió que es difícil cuantificar pérdidas e indicó que éstas se originan especialmente por los clientes que llegan por su cuenta y deciden abandonar la costa ante la inclemencia del tiempo.
En Marbella la ocupación turística se halla entre el 70% y 80%. En esta zona costera, según Francisco García, director de un hotel de lujo, el mal tiempo sólo ha afectado a la actividad de playa y a los visitantes de fin de semana.
Menos turistas
En las ciudades del interior, como en Sevilla, no se han registrado pérdidas en el sector turístico ni comercial a causa del mal tiempo. En Cádiz tampoco ha tenido ninguna incidencia negativa hasta el momento, ya que la temporada turística en esta zona no comienza hasta el mes de julio.
El mal tiempo también ha generado un retraimiento del turismo procedente de otras zonas de España en la mayor parte de la costa valenciana, según los empresarios hosteleros, aunque que la Administración autonómica considera prematuro hacer una valoración del fenómeno, informa desde Valencia Adolf Beltran.
En la ciudad de Alicante se ha producido estas últimas semanas un descenso de entre el 5% y el 8% de la ocupación turística, según José Verdú, presidente de la Asociación Provincial de Hoteleros. Sin embargo, en Benidorm, que cuenta con una importante presencia de turistas extranjeros, no se ha notado ninguna tendencia especial a la anulación de reservas.
La lluvia y el viento fueron la causa de que se suspendieran los actos organizados con motivo del Día de Aragón, en Villanueva de Sijena (Huesca), por el Gobierno autónomo. El presupuesto de la organización ascendió a casi 40 millones de pesetas y al hundirse la carpa donde se iban a celebrar los actos se optó por suspenderlos, lo que motivó críticas y enfrentamientos entre la oposición y el gobierno regional, informa desde Zaragoza Javier Ortega.
Las abundantes y continuas lluvias, acompañadas a veces de pedrisco, caídas en Aragón durante toda la primavera, han ocasionado daños en la agricultura y han afectado al sector turístico de montaña. También se han producido derrumbamientos de algunas viviendas e inundanciones en algunos pueblos de la región.
La ropa, sin vender
En Asturias, la meteorología adversa ha tenido efectos desfavorables en el comercio de ropas y de calzado, donde los artículos de temporada han padecido un descenso acusado en las ventas, informa desde Oviedo Javier Cuartas. Hace escasas fechas, en una reunión celebrada en la comisión de rebajas de la Federación Asturiana de Comerio (FAC) algunos comerciantes anticipaban ya en conversaciones de pasillo los perjuicios económicos de las lluvias.
En las últimas semanas se han producido inundaciones de importancia en algunas zonas de la región. El concejo de Morcín, en las proximidades de Oviedo, acordó anteayer solicitar la declaración de zona catastrófica. También en Mieres, La Felguera y Santo Adriano han tenido lugar inundaciones cuyos daños no han sido evaluados. En Oviedo, algunas calles céntricas de la ciudad resultaron anegadas el martes registrándose precipitaciones de hasta 30 litros por metro cuadrado que cayeron en seis minutos.
Desde 1925 no se conoce en Extremadura otro mes de junio tan lluvioso como el de 1988 en el que se han registrado 107 litros por metro cuadrado, cuando la precipitación media mensual es de 29 litros. El índice pluviométrico del año agrícola (1 de septiembre a 31 de agosto) en un 30% más de lo normal. Hasta el 30 de junio se llevaban registrados más de 700 litros por metro cuadrado, informa desde Cáceres Pedro Jara.
Llueve sobre las cosechas
Las recientes tormentas han producido graves daños en la mayoría de las zonas agrícolas de la península. Según las evaluaciones realizadas por la Consejería de Agricultura y Pesca de la Generalitat valenciana, los daños en las cosechas de cítricos, frutales, viñas, y cultivos de fresones, ascienden a 2.320 millones de pesetas. En la región de Murcia las pérdidas suman ya 2.612 millones de pesetas.En Aragón, la cosecha de cereales se verá reducida en más del 10%. En el caso de la manzana, la cosecha disminuirá en un 20%, con pérdidas de hasta 200 millones. Las viñas se han visto afectadas en gran extensiones por el mildiu debido a las constantes lluvias.
En Extremadura, las tormentas han arrasado plantaciones de tabaco y cereza, y las pérdidas se calculan en más de 2.000 millones de pesetas, por lo que pueden dejar de percibirse cerca de 250.000 jornales en una campaña que se pronosticaba muy importante.
Las pérdidas en la provincia de Ciudad Real se sitúan alrededor de los 3.000 millones de pesetas, según evaluaciones de las organizaciones agrarias y de la Cámara Agraria Provincial.
Los problemas más graves surgieron a raíz de las tormentas de piedra y granizo, que cayeron a mediados de junio.
En el parámo bajo leonés, los daños se han cifrado, según cálculos oficiales, en unos 1.000 millones de pesetas. Otra de las áreas más castigadas ha sido la Sierra de Francia (Salamanca). Se calcula que se ha perdido el 90% de la producción de cereza, uno de los cultivos más abundantes y rentables.
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