Asesinado en Atenas el agregado naval de Estados Unidos

Grecia estaba ayer bajo una fuerte conmoción tras el atentado con un coche bomba que costó la vida, en Atenas, a primera hora de la mañana, al agregado naval de la Embajada de Estados Unidos, el capitán William Nordeen. El cuerpo del funcionario quedó destrozado y la fuerza de la explosión rompió los cristales de los edificios situados en las proximidades del lugar del atentado, junto al domicilio de Nordeen, en una zona residencial de la capital griega.

La policía bloqueó el barrio para buscar pistas de los terroristas. Ningún grupo se había responsabilizado aún, a última hora de la tarde, de la acción Pero ésta parece llevar la marca de la organización Diecisiete de Noviembre, responsable de una serie de atentados contra la presencia militar norteamericana en Grecia.El grupo se ha atribuido el asesinato de dos ciudadanos de Estados Unidos, el jefe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Richard Welch, en 1975, y el capitán de navío George Tsantes, en 1983. El año pasado, los mismos terroristas perpetraron en dos ocasiones atentados, con coches bomba, contra autobuses de transporte de soldados norteamericanos. Hubo 10 heridos.

Toda la clase política griega condenó con firmeza el atenta do. El primer ministro, Andreas Papandreu, envió desde Hannover un mensaje al embajador de EE UU en Atenas, Robert Keely, en el que le expresaba su "profunda tristeza".

El atentado puede lanzar nuevamente la polémica entre Washington y Atenas sobre el terrorismo. La Casa Blanca acusó en el pasado al Gobierno griego de no ser lo suficientemente efectivo en la lucha contra el terrorismo y, en 1985, incluso pidió a los ciudadanos norteamericanos que boicotearan a Grecia como destino turístico, tras el desvío, a partir de Atenas, de un avión de la compañía TWA. El aparato terminó en Beirut y un pasajero estadounidense resultó muerto. El asesinato se produce cuando Estados Unidos y Grecia negocian el porvenir de sus relaciones bilaterales y del acuerdo económico y de defensa, que finaliza el próximo 31 de diciembre. Está en juego la continuidad de cuatro bases norteamericanas (dos en la isla de Creta y dos cerca de Atenas) y de una veintena de instalaciones auxiliares.

Si no hay un nuevo compromiso, las instalaciones deberán ser desmanteladas en el plazo de 17 meses. Si lo hay, se someterá a referéndum.