Una asamblea local de la Cruz Roja en Lérida ganó los 75 lingotes de oro

La combinación DH-60886 resultó ayer la ganadora del primer premio del Sorteo del Oro, organizado por la Cruz Roja y dotado con 75 lingotes (casi 150 millones de pesetas). El premio fue a parar a la asamblea local que la organización tiene en Balaguer (Lérida). La combinación premiada formaba parte del 5% de los boletos que esta asamblea no llegó a vender.Ese boleto premiado, por vez primera, proporcionará a su poseedor el importe íntegro del lingote, puesto que este año los premios están libres de impuestos.

El presidente de la Cruz Roja en Balaguer, Josep Farrús, afirmó ayer que una parte del dinero se destinará a construir un nuevo local en esa población y que el resto se destinará a las asambleas de otras poblaciones leridanas que lo precisen, informa Lluís Visa. Farrús aseguró que conoció la noticia del premio a través de la radio, mientras estaba trabajando. La asamblea local, que cuenta para 1988 con un presupuesto de 14 millones de pesetas, adquirió billetes del sorteo por 3.200.000 pesetas.

El segundo premio, 15 lingotes de oro (unos 30 millones de pesetas), correspondió a la combinación BB-45987, vendida en Oviedo; y el tercero, 10 lingotes (poco menos de 20 millones de pesetas), a las letras y números CL 76136, vendido en Granollers (Barcelona). El propietario de este tercer premio, aún no se ha puesto en contacto con la organización, informa Efe.

La novena edición del sorteo de la Cruz Roja -que ha repartido unos 500 millones de pesetas en 250 lingotes de un kilo de oro- es la primera cuyos premios han sido declarados oficialmente libres de impuestos. Ello se ha producido como consecuencia del conflicto jurídico que ha venido manteniendo contra Hacienda el marmolista valenciano Arturo Casañ, que en 1985 consiguió los 50 kilos del primer premio de aquella edición, valorados entonces en unos 70 millones de pesetas.

Las autoridades de la Cruz Roja dijeron en su día a Casañ que el premio no estaba sujeto a impuestos, por lo que se limitó a declarar en 1986 la cantidad del importe premiado como parte de su patrimonio, sin incluirlo en la declaración de la renta. Sin embargo, se llevó una desagradable sorpresa cuando Hacienda le anunció que se le había levantado un acta de inspección y la reclamaba un total de 68 millones: los 32 millones correspondientes a la cuota, otros 32 millones de sanción y 4 mi llones de intereses. Casañ manifestó en su defensa que se había gastado el dinero en ampliar su negocio de marmolería para asegurar el porvenir de su familia, y presentó una demanda de protección de derechos jurisdiccionales y vulneración de la Constitución.

Su abogado, Santiago Muñoz Machado, subrayó que Hacienda no había reclamado ni una sola peseta a los ganadores de ediciones anteriores de este sorteo. El fondo jurídico de la cuestión reside en el hecho de que los premios de la lotería nacional y de la ONCE están legalmente exentos de impuestos, pero esa exención legal no ha alcanzado hasta ahora al Sorteo del Oro que organiza en los últimos años la Cruz Roja.

Así, la Audiencia Territorial de Valencia dictaminó que "a través del sorteo de la Cruz Roja se trata de beneficiar a una entidad privada (aun cuando sus fines sean loables)".

El pasado mayo se anunció ya que los lingotes de este año estarían exentos de impuestos, y una ley aprobada en las Cortes fijó efectos retroactivos, con lo cual el marmolista valenciano vio resuelto su problema.