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Reportaje:

Rufino Tamayo: "Sólo me interesa el hombre"

El pintor mexicano expone una antológica en el Reina Sofía

El pintor mexicano Rufino Tamayo, de 88 años, inaugura hoy una exposición antológica de su obra en el Reina Sofia, de Madrid, en la que se incluyen 80 cuadros y cuatro murales. Tamayo asegura que sigue desarrollando actualmente la misma actividad que cuando empezó, a los 16 años, y que el tema central de toda su obra y el único que le sigue interesando es el hombre.

Ésta es la primera exposición de Tamayo que se realiza en España, y permanecerá abierta al público hasta los primeros días de octubre. Nacido en la localidad de Oaxaca, hijo de padres indígenas zapotecas, Rufino Tamayo conserva sus 88 años todo el entusiasmo que a lo largo de su vida ha dedicado a su pintura.Vestido con un elegante traje azul sobre el que destacan su piel morena y su pelo blanquísimo, Tamayo explica algo apenado que por primera vez en los últimos 40 años ha tenido que viajar sólo, sin su mujer, Olga, porque una ligera enfermedad la ha impedido acompañarle. Pero pese a su soledad y a la pesadez del viaje (el días anterior a la entrevista ha volado desde México a Madrid), asegura estar muy satisfecho de la exposición. "No puede ser una visión completa de mi obra", dice Tamayo, "porque yo he pintado muchísimo, ni recuerdo las obras que puedo tener. Pero lo que se expone en Madrid creo que va a ser representativo de los temas sobre los que yo he trabajado".

Los temas sobre los que ha trabajado y sigue trabajando cada día se resumen en sólo uno: el hombre, con todas sus contradicciones interiores. Su forma de retratar la angustia y pasiones humanas, desprovista de connotaciones políticas, apartó a Tamayo de la paleta artística compartida con grandes pintores muralistas de su geneneración, como Orozco, Siqueiros o Rivera. No porque Tamayo no compartiera sus mismos deseos de igualdad social -"Siempre he sido socialista", confiesa-, sino porque nunca ha considerado legítimo el utilizar la pintura para los mensajes políticos. "Tuve buenas relaciones con los muralistas coetáneos míos, pero discrepamos mucho respecto a la utilización de la pintura para fines políticos. Ellos querían crear la Escuela mexicana, mientras que yo opino que eso era caer en un localismo que podía atenazar la universalidad de la pintura. Creía y sigo creyendo que la libertad es lo principal para el arte".

Su apartamiento de la forma de actuar de los muralistas no supuso que Tamayo renunciara a plasmar sus orígenes y su entorno en sus obras. "Ellos querían que los cuadros aparecieran llenos de indios, plasmar la superficie del país. Yo prefiero pintar la interioridad del hombre y, eso sí, con técnicas y colores propios de mi país".

Colores propios

Los colores utilizados por Tamayo han sido, precisamente, uno de los mayores distintivos de su obra. No en vano ha universalizado el rosa-Tamayo. "A veces utilizo los colores convencionales, pero la mayoría del tiempo prefiero comprar los distintos pigmentos y recrear los colores tal como yo veo que son en mi realidad".Rufino Tamayo dedica ocho horas diarias a pintar en el estudio de su casa de México. Confiesa que su trabajo no se ve afectado por estar considerado el mejor pintor mexicano vivo, reconocido por todo el mundo. Pese a que hace un par de semanas ha vendido una de sus obras en algo más de 17 millones de pesetas, asegura que no se ha hecho millonario, porque la mayor parte de lo que gana lo destina a obras sociales. Como ejemplo de esta actividad cuenta que ha creado dos museos de arte contemporáneo en México, ha abierto un asilo de ancianos y actualmente trabaja en la creación de un hospital. Lamenta la inexistente colaboración gubernamental en el tema de los museos y anuncia que en cuanto regrese a México va a poner en marcha una asociación de gente adinerada que colabore en el enriquecimiento de la pinacoteca.

Tamayo termina diciendo que espera pasar los últimos años de su vida con los pinceles en la mano y ante un nuevo cuadro. "No tengo hijos, y tal vez por eso mi pasión por la pintura no haya podido ser desbancada por nada. Espero seguir así hasta el final de mi vida. ¿Qué otra cosa podría hacer mejor?".

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