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Tribuna
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Leña al mono

Aquí andaba la gente creyendo que se puede chupar cachimbo, humar hebra, paladear bocadito, purear chicote aromático de Vuelta Abajo o tagarnina horra, desde la más absoluta impunidad. Ha tenido que levantar la maza el Gobierno y esa gente ya periclita. No de grado, sino por el mazazo, hay multas, les puede costar millones, y no existe fumarada que merezca tanto, así sea macuba de la Martinica.La sociedad civil está muy consentida y es preciso meterla en vereda. Han empezado por los fumadores, pero aún quedan muchos díscolos: los que ingenian ponerse febriles, taquicárdicos y cianóticos para disfrutar los refinados placeres de las consultas de la Seguridad Social, los que montan coche con la siniestra intención de ir donde no caben, y tantos otros desaprensivos de toda laya. Los peores son aquellos que hacen fiesta de cualquier cosa, hasta de las más prosaicas necesidades corporales, y algunos siempre han de mear a ritmo de vals, poniendo perdidos los aseos públicos.

La vida no es para divertirse, como cree la alegre y confiada sociedad civil. Mano dura, leña al mono, la reintegrarán al valle de lágrimas que es el mundo, del que nunca debió salir. El Gobierno ha de zurrar a la sociedad civil para que los socaireros no se le vayan de rositas. El fumador ya tiene lo suyo; y, además, los que se regodean con esputos y desmayos en las consultas, que paguen lo que vale ver a la Caballé; las multas a los automovilistas, que sean las del tabaco, no esas modestas 250.000 pesetejas previstas en un tímido proyecto. Y de ahí en adelante. Otros lares dan ejemplo: a quien pillan robando le cortan la mano. Pues a los que mean a ritmo de vals que les corten la perinola. Con sanciones así no hay quien saque los pies del tiesto. Un serretazo a la cartera, razón de más si es a la perinola, inhibe la desobediencia. La historia, que es escuela de la vida, ofrece fórmulas y estrategias variopintas. Desde Atila al III Reich, y aún antes y después, tiene el Gobierno surtidas muestras de leña al mono que pusieron a la sociedad civil firmes, ar.

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