Luis de Pablo y las pasiones cibernéticas

Todos los personajes, incluido el robot, que aparecen en El viajero indiscreto, la ópera recién concluida de Luis de Pablo, acaban devorados por las pasiones en medio de una música que realza la ironía de un libreto escrito por Vicente Molina Foix. De Pablo, a la espera del estreno de esta composición -que está previsto produzca el teatro de la Zarzuela de Madrid en 1990 con motivo del 60º aniversario del autor-, trabaja en diferentes proyectos musicales, sin prisa y no demasiadas horas debido al infarto sufrido en 1984, aunque, según dice, ganándole la batalla al tiempo a base de concentración. El compositor se enfrenta a pasiones humanas y cibernéticas.

Las de Pablo (Bilbao, 1930) define El viajero indiscreto como "una historia divertida e irónica, casi melancólica, escrita en un castellano hermoso por Molina Foix". La ópera presenta a un hombre rodeado por tres mujeres: una su madre; otra, una mujer fría que representa el encanto del pasado, y la tercera, una mujer tórrida, que representa el hipotético encanto del futuro. Las tres cuentan con sus respectivos lacayos: el de la madre, un viejo; el de la mujer del pasado, un joven heroico que le sirve para todo, incluido el sexo, y el de la mujer del futuro, un robot que también le sirve para todo y que cambia de voces -contratenor o bajo- dependiendo de los humores de su dueña. El protagonista, influido o deseado por las mujeres, al final termina renunciando a ellas para dedicarse al viaje, "a conocer el mundo, lo que, en el fondo, significa vivir un presente sin compromisos", según Luis de Pablo.En la primera ópera de este compositor de vanguardia, Kiu, la ironía era sangrante, con asesinatos y mucha salsa roja en las camisolas de los personajes; dicha obra es, para su autor, diam etralmente opuesta a El viajero indiscreto, donde los problemas, también cubiertos de ironía, se relacionan con el corazón. "Aquí las pasiones humanas lo acaban trastocando todo, como siempre ocurre, y hasta el robot siente ataques de celos", dice.

La ópera, que estrenará como director musical José Ramón Encinar (a quien está dedicada), y como director escénico Pierre Audi, tiene dos actos, con 42 instrumentistas, de los que en cada acto actuarán la mitad. Intervienen dos tenores, cuatro sopranos, un barítono, un contratenor, un bajo y coro de 12 voces.

Compositor melódico

El compositor destaca que la materia musical de la obra desarrolla algo muy concreto: la línea. "Yo siempre me he tenido por un compositor melódico", dice, "aunque haya muchas formas de hacer melodía. En El viajero indiscreto el melodismo está muy desarrollado por el encadenamiento que se produce en los distiatos números en los que se divide; ese melodismo se adapta a los títulos irónicos de cada número, que pueden ser, por ejemplo, tempesta, y, a continuación, tempesta y aria tempestosa".Luis de Pablo, tras el esfuerzo empleado en esta ópera de tres horas, sólo se ha tomado un descanso relativo: el alquilar una casa en El Escorial, donde trabaja de ocho de la mañana a una de la tarde para finalizar otros encargos -El viajero indiscreto lo es del Ministerio de Cultura.

Entre ellos se cuentan un concierto para saxo y orquesta que el próximo enero el saxofonista Daniel Kientzy estrenará en el Festival de Fontenalay (Francia), y la obra Com un epileg..., para conjunto de cámara, encargo de Radio Francia, basada en tres textos de Pere Gimferrer.

Entre las ya escritas pendientes de estreno figura Senderos del aire, para orquesta, solicitada por la fundación japonesa Suntory, que cada año pide una obra a dos o tres compositores de prestigio internacional, que se incluye en un concierto -en este caso, el próximo 4 de noviembre-, cuyo programa elige el propio compositor. Luis de Pablo ha seleccionado obras muy originales: Variaciones en homenaje a Aldous Huxley, de Stravinski; Música de acompañamiento para una escena de película, de Shöenberg, y Variaciones sobre una resonancia de Haendel, de Cristobal Halffter,