Uno de cada 10 madrileños sujetos a contribución ha solicitado modificaciones en el padrón
Uno de cada 10 titulares madrileños de viviendas o locales ha tenido que dirigirse en los últimos cuatro meses a las oficinas municipales para solicitar modificaciones en el padrón. La gran movilidad desatada en los últimos años en Madrid por el auge del mercado inmobiliario y los mides de errores administrativos que se producen en los recibos de la contribución territorial y urbana explican esta situación. Responsables de la Administración han expresado su sorpresa ante esta avalancha de reclamaciones, muy superior a la de ejercicios anteriores, que se ha puesto de manifiesto al notificar los nuevos valores catastrales.
El Ministerio de Hacienda esperaba hasta medio millón de reclamaciones de los contribuyentes ante el elevado aumento fijado para este año en los valores catastrales, y abrió incluso, para atenderlas, una oficina dedicada exclusivamente a este fin.La sorpresa ha surgido al comprobar que el 68% de las consultas y trámites solicitados por los vecinos a esta oficina, instalada en el Cuartel de Conde Duque, no se ha referido al citado incremento de los valores catastrales, sino a peticiones de cambio de titularidad en pisos
locales y a quejas por errores contenidos en la notificación que Hacienda envió a cada vecino indicando los nuevos valores catastrales y los datos que obran en el catastro.
En total han sido 130.000 las consultas sobre cambio de titularidad y corrección de datos, cifra que supera ampliamente las cerca de 30.000 que se producen habitualmente cada año cuando se expone el padrón fiscal.
La sistemática actualización y corrección de miles y miles de datos no impide, sin embargo, que muchos madrileños sigan recibiendo recibos de la contribución territorial urbana a nombre de otras personas o conteniendo datos de pisos y locales que no son de su propiedad. Otro número importante de contribuyentes se ha encontrado con la desagradable notificación de su banco, que ha cargado en sus cuentas el abono de unos recibos de la contribución que ya habían pagado ellos personalmente.
"Errores nimios"
Fuentes del Área de Economía y Hacienda del Ayuntamiento de Madrid reconocen que los errores más comunes que se producen en el padrón fiscal de este impuesto están referidos a la valoración catastral, a los datos físicos de las fincas, a la titularidad y a la existencia de omisiones. Una gran parte de los contribuyentes, en la creencia de que este impuesto es gestionado por el Ayuntamiento, se dirigen a las oficinas municipales de donde muchos de ellos han de acudir al edificio de la delegación territorial de Hacienda. Los ayuntamientos son los destinatarios de este impuesto, aunque su gestión es estatal y la realiza el Ministerio de Hacienda.Los responsables de la Gerencia Territorial de Gestión Castastral y Cooperación Tributaria del Ministerio de Hacienda opinan, sin embargo, que los errores " son nimios" en un censo que tiene 1,3 millones de unidades urbanas. "Pueden existir fallos a la hora de fijar los datos fisícos de una finca. La información facilitada por los contribuyentes y revisada por la Administración puede sufrir variaciones posteriores que cambien la estructura de la finca. Así, el entresuelo puede convertirse en el primer piso, o pueden alterarse las letras de las viviendas", afirmaron fuentes de la citada gerencia.
Para este organismo los errores están también motivados por la movilidad que sufre el mercado inmobiliario. Cada año se producen 120.000 variaciones de títulos de propiedad, y de ellas se estima que sólo la tercera parte se notifica. Este trámite es obligatorio, aunque no todo el mundo lo sabe, y ha de realizarse lo mismo que si se tratara del cambio de un coche.
"Muchos piensan que con pagar los derechos reales ya está todo en orden, y no acuden a rellenar el correspondiente impreso, lo que provoca que en la mayoría de los casos los recibos se sigan girando al primitivo titular", aseguraron las mismas fuentes. Sin embargo, estas razones no se pueden aplicar a muchos ciudadanos que sí se preocupan por tener regularizada su situación y a veces han de perder su tiempo para lograrlo.
Según datos de la Gerencia Territorial, el número de contribuyentes que presentan el correspondiente recurso al observar errores en el padrón subió en 1987 a cerca de 30.000, frente a las 25.000 reclamaciones de media presentadas en años anteriores. El mayor número de reclamaciones se presenta sobre todo cuando se expone el padrón, poco antes de abrirse el período voluntario de pago.
Las reclamaciones, en especial, se producen al ver cómo un recibo que el año anterior estaba bien tramitado de pronto recupera el nombre del antiguo propietario del piso; cómo una persona desconocida pasa a ocupar el nombre del titular o se pasa, en el papel, a ser dueño de un piso vecino al haber cambiado la letra o la planta.
Otro motivo de reclamación puede ser un brusco cambio de valoración catastral, motivado no por una revisión, sino por un fallo de tramitación. Con objeto de reducir estos errores, Hacienda comenzó el año pasado a cruzar los datos del impuesto con los de transmisiones patrimoniales.
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