Cinco soldados británicos, muertos en un atentado cometido en Irlanda del Norte
Cinco soldados británicos murieron anoche en Irlanda del Norte, y 10 civiles y otros seis soldados resultaron heridos, al hacer explosión una bomba colocada por el Ejército Republicano Irlandés (IRA) en una plaza de la ciudad de Lisburn, a escasos kilómetros de Belfast, al concluir una carrera popular.
La explosión se produjo a las 21.00 horas (22.00 hora peninsular española) en una furgoneta militar, pero no identificable como tal, ocupada por las víctimas, según las primeras versiones ofrecidas por la policía. Al parecer los soldados habían participado en un medio maratón y se dirigían al cuartel cuando la bomba estalló bajo el vehículo, produciendo una bola de fuego que cruzó la calzada. El IRA se responsabilizó anoche mismo del atentado.Unas 4.000 personas habían intervenido en la carrera, lo que hizo manifestar al ministro para Irlanda del Norte, Tom King, que fue un milagro que no se hubiera producido una matanza. King dijo estar horrorizado con lo ocurrido.
El primer ministro irlandés, Charles Haughey, también manifestó enseguida su repulsa por el atentado que, según un portavoz de la policía, se produjo sin que se hubiera recibido aviso alguno sobre la colocación del artefacto.
Lisburn, a 23 kilómetros al sur de Belfast, acoge al cuartel general del Ejército británico en la provincia. Es una localidad con escasa presencia de nacionalistas, en la que no es habitual que se produzcan atentados. Nunca ha habido ninguno de las características del de ayer.
La acción de anoche supone un gran golpe propagandístico para el IRA, que tiene a los soldados británicos como el más preciado objetivo, al hacer sentir dolorosamente en Gran Bretaña las consecuencias de un conflicto que Londres intenta por todos los medios tener confinado al Ulster.
En lo que va de año y hasta ayer habían muerto en Irlanda del Norte tres soldados, el mismo número que en todo 1987, pero la cifra ha subido ahora hasta ocho, la más alta de los últimos cuatro años. Hace mes y medio, otros tres soldados británicos murieron en Holanda en una acción que el IRA presentó como un desafío a Margaret Thatcher, quien en marzo había acudido al aeropuerto a recibir los cadáveres de otros dos militares linchados en Belfast. "Retírese de Irlanda", dijo entonces el IRA a la primera ministra. "Si no, no habrá refugio para su personal militar y usted tendrá que acudir regularmente a los aeropuertos a recibir sus muertos".
Hace unas semanas el IRA intentó otro atentado contra la policía en una feria en Belfast, pero sin éxito. Soldados que iban a participar en otro maratón en la capital norirlandesa fueron retirados más tarde como medida de precaución, lo que hace pensar que las autoridades militares consideraban que la carrera de ayer ofrecía ciertas garantías de seguridad.
Horas antes de esta acción, el IRA asesinó en la parte este de Belfast a Bobby Seymour, de 35 años, un jefe del grupo terrorista protestante Fuerza Voluntaria del Ulster. El IRA dijo que esta muerte era en represalia por el asesinato hace un mes de tres católicos en un bar.
Seymour es el quinto protestante perteneciente a una organización paramilitar asesinado en el Ulster desde la muerte, el pasado marzo en el cementerio de Milltown de tres católicos que asistían a un funeral por miembros del IRA. Entre los grupos protestantes paramilitares hay temor a las represalias del IRA y algunos de los más destacados personajes han dejado sus viviendas.
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