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Tribuna:FRANCIA ELIGE PARLAMENTO
Tribuna
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Mitterrand tiene la palabra

Lluís Bassets

"No es bueno que un sólo partido tenga todo el poder", aseguró François Mitterrand hace escasos días. Ayer los franceses parece que siguieron al pie de la letra el pensamiento del presidente. Pero el mapa dibujado por los electores corresponde a la peor posibilidad para las soluciones fáciles: nadie tiene la mayoría. Toda Francia está pendiente de las primeras decisiones que vaya a tomar el presidente de la República después de los singulares resultados arrojados ayer por las urnas.Mitterrand deberá confirmar a Michel Rocard como primer ministro o nombrar un nuevo jefe de Gobierno, que en cualquier caso deberá buscar una nueva mayoría parlamentaria. Las primeras reacciones permiten observar la complejidad de la decisión del presidente, obligado a construir un gobierno estable con un parlamento que no ofrece facilidades.

Mientras algunos dirigentes socialistas, como el ministro de defensa, Jean-Pierre Chevénement, se han mostrado partidarios de un Gobierno socialista minoritario, el presidente de la UDF, Jean Lecanuet, y el de uno de los partidos que componen el bloque centrista, el presidente del CDS, Pierre Méhaignerie, indicaron sus preferencia por un Gobierno de unidad nacional.

Rocard aseguró que los resultados no autorizan a deducir conclusiones rápidas, pero afirmó que la nueva Asamblea Nacional le permite llevar a término su plan de trabajo gubernamental. Rocard se presenta, pues, como candidato a la continuidad, ya sea dirigiendo un Gobierno socialista minoritario, ya sea un gobierno de centro-izquierda, caso de hallar una buena disposición en los socios de coalición.

Cambios en la derecha

Un detalle, nada menor, de los resultado electorales, condicionará a partir de hoy el futuro de las alianzas de centro-izquierda. Por primera vez el neogaullista RPR pierde su posición de fuerza hegemónica dentro de la derecha, ante los centristas de la UDF, la confederación de partidos y grupos políticos donde se producen precisamente los llamamientos a un Gobierno de unidad nacional o las actitudes más favorables a un Gobierno de coalición de centro-izquierda. El ex presidente de la República Giscard d'Estaing mostró ayer, con significativa celeridad, el talante con que desea gestionar la nueva posición de la UDF, al asegurar que los resultados de ayer deben ser una victoria de Francia contra la división.

El ex primer ministro Raymond Barre se desmarcó de toda posibilidad de "bloqueo entre derecha e izquierda o de inestabilidad", en explícito avance de que adoptará una actitud de colaborar en la gobernabilidad. La ex ministra centrista Simone Veil, en perfecta sintonía con las otras voces de la UDF, reconoció que los resultados no desmienten la legitimidad de Mitterrand, sino que confirman la primacía de su posición en la escena política.

Dentro del RPR se registraron las reacciones más hostiles a los cambios de alianzas. Su presidente, Jacques Chirac, inició su intervención asegurando que "el Partido Socialista y François Mitterrand han sido derrotados". Chirac llamó a la unidad de la antigua mayoría entre el RPR y la UDF y matizó inmediatamente la energía de su declaración asegurando que pensaba apoyar las iniciativas que estuvieran de acuerdo con su política.

La única posibilidad que queda descartada es la que proporciona la simple aritmética: no habrá gobierno de coalición de izquierdas entre los socialistas y los comunistas, que contaría con una holgada, pero insostenible, mayoría parlamentaria. Georges Marchais, el secretario general del PCF, rechazó la posibilidad de un gobierno de unidad de la izquierda ante la política derechista de Miterrand.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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