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LA CAMBIANTE ESCENA EUROPEA

Giscard propone un programa de gobierno en el cierre de la campaña francesa

Lluís Bassets

El ex presidente de la República Valéry Giscard d'Estaing propuso ayer un programa de gobierno para el caso de una victoria de la derecha en la segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas de mañana. Giscard quiere presentarse con ello como el personaje mejor situado de la derecha para protagonizar como primer ministro una nueva cohabitación con el presidente François Mitterrand.

Giscard ha cerrado brillantemente la campaña electoral dando visos de realidad a la continuidad de la mayoría conservadora que ha gobernado Francia desde 1986 hasta el pasado 8 de mayo.Pocas horas antes, Mitterrand bajaba de nuevo a la arena de la campaña electoral, al solicitar en una entrevista televisada una mayoría cómoda para gobernar.

Propuestas para un verdadera apertura es el título del texto entregado por Giscard a los periodistas, en el que se esboza la respuesta, en términos de programa de Gobierno, de la apertura al centro propuesta por Mitterrand y los socialistas. Para Giscard, la única apertura auténtica es la cohabitación entre el presidente socialista, legitimado en las elecciones del 8 de mayo, y una mayoría conservadora que puede salir de las urnas mañana 12 de junio.

A diferencia de la cohabitación protagonizada por Jacques Chirac, la que propone Giscard debe ser pacífica y respetuosa con la primacía del presidente de la República en sus competencias sobre política exterior y defensa. "El Consejo de Ministros debe recuperar su función de órgano central, cosa que no fue el caso desde 1986 hasta mayo de 1988", dice Giscard, que descarta así la reunión informal de dicho consejo a espaldas del presidente, y propugna una auténtica concertación política entre las dos instancias ejecutivas de la República, la presidencia y el primer ministro.

Concertación

Los propios nombramientos de altos cargos y de directivos de los medios de comunicación públicos serán objeto también de concertación "para garantizar la imparcialidad y la independencia del Estado", dos extremos que han sido violentamente criticados tanto a los socialistas, desde 1981 hasta 1986, como a los conservadores, desde 1986 hasta 1988. A la cohabitación en la cúspide del Estado debe corresponder, según Giscard, una cohabitación en la Asamblea Nacional entre mayoría y oposición Las comisiones parlamentarias no serán acaparadas por la mayoría sino distribuidas según las reglas de la proporcionalidad Los grandes temas legislativo -política de empleo, educación y preparación del mercado único de 1992- serán objeto de un pacto de acción con la oposición Uno (le los temas que se presentará a consenso será el cambio de sistema electoral, en el que s introducirán dosis de proporcionalidad.

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En algunas cuestiones concretas, Giscard desborda el programa de actuación socialista con gran habilidad. Es el caso de la privatización de las empresa públicas, congelado por Mitterrand. Giscard propone su continuación, tras la búsqueda de un cierto consenso, para dedicar todos los fondos recaudados con la venta de las acciones íntegramente a un colosal- plan de educación e investigación. El primer y más sustancioso tramo de privatizaciones reportó al Estado más de 50.000 millones de francos (un billón de pesetas), que sirvieron para enjugar el déficit público.

La revolucionaria propuesta de Giscard d'Estaing le permite ahora minimizar los desbloqueo de fondos para educación real¡ zados por los Gobiernos socialistas -1.000 millones de francos- y continuar con el programa neoliberal.

Dos obstáculos pueden oponerse a los planes de Giscard: una victoria socialista mañana y los planes de su ex primer ministro Raymond Barre. Éste, que ha marcado sus diferencias con Giscard d'Estaing respecto al silencio del ex presidente sobre el pacto electoral de la derecha con la ultraderecha, pretende crear una fuerza centrista autónoma, desgajada de la actual UDF y cerrada a todo acuerdo con el Frente Nacional del Jean-Marie Le Pen.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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