JosepTarradellas, primer presidente de la Generalitat restaurada, falleció en Barcelona a los 89 años
Josep Tarradellas, presidente de la Generalitat de Cataluña restaurada provisionalmente en 1977, falleció a las 19.30 de ayer de una embolia pulmonar masiva en la clínica Quirón, de Barcelona, en la que había sido ingresado dos horas antes en coma profundo. Tarradellas, de 89 años de edad, entró en el centro hospitalario con una anoxia cerebral -falta de riego en el cerebro por edema pulmonar, sin que los médicos que le atendieron pudieran salvar la vida del ex presidente. Toda la clase política española destacó la personalidad política de Tarradellas y su patriotismo.Las primeras reacciones tras la muerte destacaron que Tarradellas conservó vivo el espíritu de la Generalitat durante su exilio, negándose a volver a Cataluña si las instituciones de autogobierno no eran restauradas. El Rey de España, que le había concedido en 1986 el título de Marqués de Tarradellas, transmitió ayer personalmente su pésame a la familia.
El ex presidente de la Generalitat, que con una vitalidad excepcional había sorteado la muerte desde principios de año en que fue sometido a la primera de tres intervenciones quirúrgicas de riñón -en una se le extirpó el riñón izquierdo, que estaba afectado por un tumor expansivo-, acudió a votar en una silla de ruedas el pasado 29 de mayo, en que se celebraron las elecciones autonómicas. Fue la última vez que apareció en público.
Los Reyes de España mantuvieron durante la tarde de ayer contacto telefónico con la clínica Quirón para interesarse por su estado de salud y lo mismo hicieron el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol; el ministro de Administraciones Públicas, Joaquín Almunia; y las principales autoridades y políticos de Cataluña.
El responsable de la unidad de vigilancia intensiva de la clínica, Jordi Rius, manifestó que la muerte de Josep Tarradellas "ha sido una muerte dulce, como todos deseábamos para él, porque el ex presidente no ha sufrido". Pese a su delicado estado, Tarradellas cenó anteayer tranquilamente en su domicilio y hace una semana había sido sometido a un examen mediante scanner.
Minutos después del fallecimiento de Tarradellas empezaron a llegar a la clínica las más diversas personalidades políticas para testimoniar su pésame a la familia. El cadáver del ex presidente fua trasladado a la habitación 655, situada en la sexta planta. Varias habitaciones contiguas fueron habilitadas para recibir visitas a las que accedieron los políticos más allegados. El alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, hizo las veces de anfitrión especialmente cuando llegó la infanta Margarita, hermana del Rey, a la que fue a esperar a la puerta de la clínica.
La capilla ardiente de Tarradeflas quedó abierta al público en la madrugada de hoy en el salón de Sant Jordi del Palau de la Generalitat, donde una placa recuerda los 10 años de su regreso a Cataluña. Mossos d'Esquadra con uniforme de gala rendirán honores hasta el domingo en que los restos del ex presidente dejarán la que fue su residencia oficial entre 1977 y 1980 para reposar definitivamente en el cementerio de Cervelló, su localidad natal y donde tiene un mausoleo en el que está enterrada su hija Montserrat. La lápida que se pondrá sobre la tumba rezará: "Josep Tarradeflas presidente de la Generalitat desde el 7 de agosto de 1954 al 8 de mayo de 1980".
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