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La recompra del 50% de Campofrío agudiza las tensiones entre Hacienda y Comercio

La operación de recompra del 50% del capital de Campofrío por parte de la familia Ballvé a la multinacional Beatrice Foods ha agudizado el enfrentamiento entre las Secretarías de Estado de Hacienda y Comercio a cuenta del tratamiento fiscal a las inversiones extranjeras.La Dirección General de Transacciones Exteriores considera que la operación triangular por la que la familia Ballvé recompró el 50% de las acciones de la empresa de alimentación Campofrío por unos 10.000 millones de pesetas al brooker norteamericano Reginald Lewis, efectuado el pasado mes de diciembre a través de una sociedad holandesa, se ajusta perfectamente a la letra del convenio de doble imposición fiscal firmado entre España y Holanda.

La Dirección General de Inspección Financiera y Tributaria, por su parte, consideró que la participación puente de la sociedad holandesa tenía como objetivo eludir el pago de unos 3.500 millones de pesetas al fisco, por lo que investigó la operación para ver hasta dónde se podría haber forzado la legalidad.

Malestar en Hacienda

Fuentes de Hacienda, al confirmar que la investigación se había efectuado y finalizado, manifestaren que no se habían detectado irregularidades en la misma, aunque existía cierto malestar por el hecho de aplicar unas ventajas Fiscales a una sociedad filial, cuando el "espíritu de la letra" del convenio preveía que este tipo de exenciones estuviera limitado a sociedades "genuinamente holandesas". Y, en este sentido, ratificaron la intención de Hacienda de revisar el citado convenio "para evitar que se utilice como una evasión fiscal legal".Las inversiones holandesas realizadas en España durante los cuatro primeros meses del año han ascendido a unos 53.000 millones de pesetas, de los que un 40% corresponden a multinacionales norteamericanas.

"La renacionalización de Campofrío fue vista con buenos ojos por la Administración", manifestó ayer Manuel Conthe, director general de Transaciones Extranjeras, organismo que dio luz verde a la operación, "puesto que era rescatar a una empresa española de manos de una multinacional norteamericana".

"La familia BaIlvé articuló la operación de manera que ésta fuera lo menos onerosa posible", prosiguió Conthe, "para que el comprador pagara lo menos posible, aunque eso no supone que se hayan superado los límites de la legalidad. Lo único que se ha hecho, de forma inteligente, es aprovechar las incongruencias y una serie de lagunas legales. Si no se quiere que se aprovechen estas posibilidades, que se cambie esa legalidad".

"Hacienda considera", afirmó Corthe, "que el espíritu del convenio afecta sólo a los inversores holandeses y no a las filiales de las sociedades españolas. Pero el texto del tratado de doble imposición con Holanda no afirma ese extremo. Ballvé utilizó legalmente esa cláusula".

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