Los tres espadas confían en la casta de los toros
Los diestros que harán el paseíllo hoy coinciden en señalar que confían en la casta de los toros de Felipe Bartolomé, a los que se enfrentarán, para obtener el triunfo al que aspiran y que todavía no han alcanzado en la feria. Dos de ellos, José Antonio Campuzano y Ortega Cano, se despiden del ciclo isidril. A Juan Mora todavía le resta una oportunidad en la corrida del día 3 de junio. "La responsabilidad esta tarde es enorme", dice Campuzano, "porque, al ser la última de la feria para mí, debo coger el tren del éxito y, además, por la presencia de las cámaras de televisión".
El billete para subirse en este tren lo deberá adquirir a los toros de Bartolomé, lo que admite: "Espero que salgan con la casta que les caracteriza, si es así, me subo al tren y ya no hay quien me baje en toda la temporada".El espada sevillano se queja de la mala suerte que está teniendo en 1987 con los toros que le tocan, ya que casi ninguno sirve para hacerle faenas: "Me ha sucedido en los cuatro que he matado en Sevilla y también en los cuatro de Madrid, todos ellos de ganaderías buenas en teoría". Campuzano añade que está muy contento con su nuevo apoderado, Antonio Ordóñez, pero que él debe ayudarle en su labor cortando orejas en las plazas: "Es una situación difícil, porque si no me ayudan los toros no puedo triunfar".
Ortega Cano tampoco quiere marcharse de la feria sin cortar orejas, después de no haberlo logrado en sus dos actuaciones anteriores. "Sería la primera feria en los tres últimos años en que no toco pelo", señala, "y me llevaría un gran disgusto, aunque tengo mucha fe en la casta que encierran los toros de Bartolomé".
También confiaba en los de Ibán, frente a los cuales triunfó y salió por la puerta grande en 1987, por lo que los pidió para este año y después le defraudaron. "Las ganaderías se encuentran en un mal momento de casta y cualquiera te puede fallar", comenta, "pero si también fracasan los de esta tarde, que no han pegado un tremendo bajón, como los de Ibán, apaga y vámonos". El cartagenero añade con sinceridad que no cree que deje de torear muchas tardes si tampoco le llega el éxito hoy, dado que le apodera el empresario Manuel Chopera y que sus méritos acumulados desde hace muchos años no pueden borrarse de golpe.
Juan Mora también es apoderado por Chopera, aunque indica que su caso es distinto al de su compañero Ortega Cano: "Si bien es cierto que tomó mis riendas profesionales tras verme en mi magnífica campaña americana, ahora no debo defraudarle, máxime después de haberme dado la oportunidad, que sólo queda para las figuras, de torear tres tardes en la feria de San Isidro, la de mayor importancia y repercusión". El espada extremeño se alegra de estar anunciado con toros del ganadero Felipe Bartolomé, a los que califica de encastados y con un gran poder de transmisión. Piensa que se adaptan de maravilla a su toreo de poder y gusto. "Tengo que romper hoy", agrega, "para sacarme la espina de mi anterior tarde en la que los toros de Torrealta no sirvieron. Me lo debo a mí mismo y, naturalmente, a Chopera".
Babelia
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