El futuro sistema sanitario prevé la exclusión de un 1,1% de los españoles

Eduardo Arrojo, secretario general de Asistencia Sanitaria, manifestó ayer que aunque la ley general de Sanidad prevé el principio de universalización de la asistencia sanitaria pública, un 1,1% de los españoles, que hoy carece de ella pero tiene "recursos económicos suficientes", podrá acceder al futuro Sistema Nacional de Salud (SNS) "si bien el Estado no debe hacerse cargo de su coste".

Esto significa que habrán de pagar el coste de la atención que reciban en el centro público que les asista o deberán recurrir a la medicina privada. Esta afirmación fue realizada en las jornadas sobre coordinación general sanitaria clausuradas ayer en Madrid.

Portavoces de Sanidad explicaron posteriormente que, de hecho, este fenómeno venía produciéndose ya y que tampoco se impedirá que soliciten el ingreso en el régimen de la Seguridad Social, aunque se estima improbable que lo soliciten.

Arrojo preciso que el futuro modelo sanitario es "no monopolista y con participación privada". Agregó que en esta concepción el sector sanitario privado tendrá cuatro cometidos: la realización de servicios en y por cuenta del SNS y a personas protegidas por éste; la prestación de servicios a funcionarios con regímenes especiales de la Seguridad Social que opten por la gestión privada de dichos servicios; la prestación de servicios a personas con recursos suficientes carentes de Seguridad Social y que no compren sus servicios; las personas que teniendo protección pública deseen acudir a servicios privados y pagar su coste, y la prestación de servicios no amparados por la cobertura del SNS.

La universalización de la asistencia sanitaria pública -hoy carece de ella el 3,8% de los españoles-, por el contrario, sí se dirigirá hacia ese 1,8% de los ciudadanos "sin recursos económicos" que hoy no la disfruta y al 0,9%. acogido a la beneficencia.

Evitar el crecimiento irreflexivo

Por otro lado, Arrojo precisó que, paralela a dicha universalización de la atención sanitaria, se debe "abandonar la política de crecimiento irreflexivo de los servicios y prestaciones, cada vez más marginales y sofisticados ofrecidos al ciudadano". Por otro lado, informó que las entidades aseguradoras de asistencia sanitaria ingresaron en 1986 por primas 78.000 millones de pesetas, y prestaron cobertura a cinco millones de españoles.