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CITA EN MOSCÚ

Rebelión en el Soviet Supremo para que el Estado no 'devore' las ganancias de las cooperativas

El Soviet Supremo (Parlamento) de la URSS se vio obligado ayer a aplazar la votación que debía aprobar la nueva ley de cooperativas, una de las más ambiciosas reformas económicas de Mijail Gorbachov, ante las protestas de los parlamentarios contra un reciente decreto-ley del Ministerio de Finanzas que prácticamente retrae todas las ganancias de las cooperativas más rentables. La ley, que el primer ministro, Nikolai Rishkov, presentó el día anterior como solución al desabastecimiento de bienes de consumo y alimentos en la URSS, pretende reactivar la economía a través de incentivos a las empresas privadas.

Al iniciarse la segunda jornada de la sesión de primavera del Soviet Supremo y separarse las dos Cámaras (Soviet de la Unión y Soviet de las Nacionalidades) para la discusión de la ley, muchos diputados argumentaron que los enormes impuestos decretados anteriormente sin mediar debate alguno invalidaban el proyecto en su conjunto. Los parlamentarios, especialmente los de Estonia -donde se ha aplicado con más éxito la ley del trabajo individual, que entró en vigor hace año y medio-, pidieron la suspensión del decreto-ley sobre impuestos progresivos y su reelaboración por los soviets tomando como base a la discusión de la propia ley.El decreto, que entró en vigor el pasado 1 de abril, fue adoptado tras las numerosas protestas individuales contra los grandes beneficios obtenidos por algunas cooperativas, y significa un obstáculo de los sectores conservadores a la perestroika económica de Gorbachov. Esas ganancias fueron criticadas por el diario oficial Pravda el año pasado y por Sovietskaia Rossia (que publicó el manifiesto antiperestroika de Nina Andreeva) a finales de enero.

En un largo análisis sobre los problemas generados por las iniciativas privadas, Sovietskaa Rossia denunció que muchas cooperativas sólo buscaban hacer beneficios, por ejemplo "vendiendo jugos, helados y cigarrillos producidos por el Estado a precios muy superiores a los estatales, o comprando productos manufacturados en un República para revenderlos en otra" más caros. En la URSS es un delito adquirir un producto para venderlo después a mayor precio. El artículo, firmado por S. Alexandrov, denunciaba también las ganancias del equipo directivo. Citaba una cooperativa de confección de ropa en la que el director recibía un salario mensual de 2.400 rublos (casi medio millón de pesetas), los dependientes 1.000 rublos y las costureras entre 150 y 200 rublos. Esa explotación de los trabajadores generada por la promoción de la economía privada es un tema especialmente delicado en la URSS, donde el salario medio es de 200 rublos al mes. El resentimiento popular contra los que se enriquecen está a flor de piel.

"Burla a la discusión pública"

Tras la divulgación del decreto impositivo -que no aplica impuestos especiales a los que ganan menos de 500 rublos, pero que, por ejemplo, deja en sólo 1.230 rublos las ganancias de un cooperativista que haya logrado sacar 5.000 rublos de beneficios reales- los economistas impulsores de la perestroika denunciaron que lo único que lograba el Ministerio de Finanzas era castigar a la gente que demostraba más iniciativa y empuje empresarial. Un comentarista soviético llegó a calificar el decreto de "burla a la discusión pública" de la ley de cooperativas. Desde que el proyecto de ley, fue publicada por Pravda, el pasado 6 de marzo, más de 200.000 ciudadanos soviéticos escribieron a las autoridades para proponer cambios y añadidos. Como resultado, 42 de los 50 artículos de la ley sufrieron enmiendas previas al debate parlamentario.Entre las críticas de algunos diputados al decreto impositivo, el jefe parlamentario de Bielorrusia, Georgi Tarazevich, dijo que "los errores individuales a nivel local son mucho más fáciles de corregir que los que se cometen a nivel de todo el país". Otros diputados también pidieron cambios legislativos que garanticen el abastecimiento de las cooperativas con materias primas por parte de los funcionarios locales. Entre los casos más flagrantes de esas trabas burocráticas a la perestroika cooperativista, la Prensa denunció hace poco el de la disposición emitida por el Comité Ejecutivo Regional de Yaroslav (Este de Rusia), en el que se acusó a las cooperativas de "atentar contra el movimiento financiero y profundizar los procesos inflacionarios". Como consecuencia, la cooperativa local Búsqueda vio negado por el banco el pago de los servicios que había prestado a una empresa estatal.

Entre las medidas más revolucionarias de la nueva ley de cooperativas figura el que cualquier ciudadano pueda abandonar un empleo del Estado para trabajar en una empresa privada. La ley sobre el trabajo individual que regía hasta ahora sólo podía aplicarse a personas no empleadas por el Estado, como amas de casa, pensionistas, inválidos o estudiantes, o a los obreros para su tiempo libre.

Aparcada la ley sobre cooperativas, que debe ser aprobada en la sesión final de hoy, el Soviet Supremo pasó ayer a discutir los planes para proporcionar vivienda propia a cada familia soviética de aquí al año 2000.

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