Se entrega el presunto autor de dos asesinatos en Vizcaya
Fernando Guarrotxena Ormaetxea, presunto autor de los disparos que causaron la muerte en la madrugada de ayer de Manuel Soto Brocal, de 35 años, alias Cabeza Rapada, y de Juan José García Peral, de 28 años, el Indio, en el asador Eguzki Alde de Mallabia (Vizcaya), se entregó voluntariamente en el juzgado de Durango horas después de realizar los disparos.
Los hechos ocurrieron minutos antes de las siete de la mañana, hora de cierre del asador, que funciona durante toda la noche como club de alterne. Guarrotxena, regente de una granja cercana al asador y cliente habitual del local, disparó a corta distancia cuatro tiros con una escopeta del calibre 12, al parecer de su propiedad, contra Manuel Soto y Juan José García, produciéndoles heridas en el pecho y abdomen que ocasionaron su muerte, sin que se conozcan los motivos que le indujeron a cometer esta acción.Las dos personas fallecidas residían en Ondárroa (Vizcaya), y, según una nota de la Consejería de Interior del Gobierno vasco, ambos eran delincuentes habituales y contaban con numerosos antecedentes penales por diversos hurtos y sustracciones domiciliarias.
Todo indica que se puede tratar de un ajuste de cuentas en el transcurso de una reyerta, aunque se desconocen los móviles. Este no es el primer incidente ocurrido en este establecimiento protagonizado por las mismas personas.
El presunto autor de los asesinatos, tras una pelea a golpes con Soto y García, salió del establecimiento con visibles muestras de enfado y, al parecer, se dirigió a una granja de crianza de aves de su propiedad y regresó al asador.
Guarrotxena se dio a la fuga tras efectuar los disparos y se entregó voluntariamente en el Juzgado de Durango alrededor de las once de la mañana de ayer confesándose autor de las dos muertes. Por la tarde, la juez de Durango, Inmaculada Nistral, tomó declaración al detenido, que no cuenta con antecedentes penales.
Miembros de la Ertzaintza (policía autómoma) tramitaron las primeras diligencias y custodiaron al presunto autor de los hechos hasta que prestó declaración en el juzgado, además de proceder a precintar el asador Eguzki Aldea.
Cuando se produjeron los hechos, las víctimas se encontraban desayunando en el asador y no portaban ningún tipo de documentación, lo que ha retrasado los trámites para su identificación.
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