Media Francia, con resaca

, Media Francia se levantó ayer por la mañana con resaca, bien distinta a la sufrida el 25 de abril, en la que el avance del Frente Nacional conmocionó a las conciencias democráticas. La resaca de ayer por la mañana no era de estupefacción, sino del champaña descorchado en la víspera, en una noche llena de fiestas y ruidosos desfiles de coches. Para la otra media Francia, la que había votado a Chirac, no hubo resaca, pero tampoco sorpresa. La conmoción la produjeron los resultados del 24 de abril, auténtico avance de los de anteayer. Sólo los militantes más jóvenes y los cuadros chiraquistas más entregados mostraron ante las cámaras de televisión lágrimas de amargura y caras depresivas.

Los barones de Chirac, en cambio, enseñaron los dientes sólo al conocer la derrota. El ministro del Interior, Charles Pasqua, visiblemente irritado, restó un punto a Mitterrand en su lectura de los resultados, prometió nuevas batallas y aseguró que "Chirac es la esperanza". Otros se dedicaron a martillear que la victoria de Mitterrand se debe a la desviación del 20% de los votos del Frente Nacional y que esta formación política es un invento del presidente de la República.

En la calle, los más ruidosos fueron los jóvenes de origen inmigrante y los propios inmigrantes. En la fiesta convocada por los socialistas en la plaza de la República, el grito "On a gagné" ("Hemos ganado"), fue sustituido muy pronto por "On va a rester" ("Nos vamos a quedar"). La elección de Chirac hubiera significado la limitación del acceso a la nacionalidad francesa y el acortamiento de la validez de los actuales permisos de residencia.

Los mensajes de felicitación de la organización de oposición a Jomeini, Mujaidines del Pueblo y del FLNKS (Frente de Liberación Nacional Kanaky Socialista) fueron de los primeros en llegar al Elíseo. El FLNKS, amenazado de ilegalización por el gobierno de Chirac, se mostró dispuesto a dialogar con el nuevo Gobierno.