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ELECCIONES AUTONÓMICAS EN CATALUÑA

Construir, construir

Enric Company

, En un estudio sobre la ideología de Jordi Pujol, de 1980, obra de Jaume Lorés, se subrayan los componentes católicos del ideario del fundador de Convergència Democrática de Catalunya (CDC), su anclaje en el catolicismo catalán de la posguerra. Y también una determinada opción de Pujol entre las versiones que el catalanismo ha tenido en el último siglo. La de Pujol es continuación de la línea del obispo Josep Torras i Bages y de Enric Prat de la Riba.

Lo específico del pujolismo son las proporciones en que están mezclados sus componentes. Uno de ellos, muy destacado, es la continua presentación del proyecto nacional y social de forma positiva, creadora constructiva. Un claro ejemplo es la primera consigna pronunciada por Pujol que consiguió arraigar, el fer país, lanzada aún bajo el franquismo. El último ejemplo, versión actual de la misma idea, son las grandes vallas publicitarias con las que CiU ha calentado la actual campaña electoral con el llamamiento a construir Cataluña.

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En Pujol esta idea no es sólo un eslogan electoral, es un elemento constitutivo de su ideario. Lo ha repetido infinidad de veces. "Los demás critican, discursean, ofrecen proyectos. Nosotros construimos".

Hombre de gobierno

Lorés fue quien señaló primero que la actividad empresarial y financiera de Pujol previa a la época democrática le daba ante la opinión pública catalana, y en particular ante la amplia mesocracia del país, la imagen de hombre de gobierno antes de gobernar. Eso le sirvió en 1980, frente a políticos cuyo currículo tenía necesariamente méritos de otro tipo.

Pero luego, ejercido ya desde el Gobierno, el pujolismo ha traspasado fronteras sociales de clase y culturales y, al erigirse en exponente de la catalanidad, el voto a CiU ha sido la carta de filiación catalana que se han dado a sí mismos muchos electores que se sentían políticamente a precario, por causas distintas e incluso en ocasiones opuestas.

En el caso de algunos sectores de la derecha, por ejemplo, porque estuvieron alineados con el franquismo. En el caso de muchos inmigrados instalados en el país, porque sentían la necesidad de adquirir la nacionalidad, de dar un paso que signifique específicamente su conversión en catalanes. Este fenómeno empezó a darse en las elecciones autonómicas de 1984.

Todo ello es doblemente posible porque está servido eficazmente por una personalidad especialmente dotada para relacionarse con las masas, para ser popular. Pujol conecta con el catalán medio de la misma forma que lo hacía el actor Joan Capri en los años cincuenta.

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