_
_
_
_

Fracasa una iniciativa parlamentaria para reducir a 18 semanas el límite para abortar en el Reino Unido

El controvertido intento de rebajar a 18 semanas el límite máximo de embarazo para practicar abortos en el Reino Unido fracasó ayer en la Cámara de los Comunes en medio de la satisfacción de los proabortistas y la desesperación de los proponentes, que nunca hasta ahora habían estado tan cerca de conseguir su objetivo. La ley británica seguirá manteniendo el límite era las 28 semanas. Los promotores de la reforma anunciaron que seguirán intentando modificar la ley.

Tácticas de filibusterismo parlamentario pusieron ayer fin a la enmienda presentada a la vigente ley del aborto por David Alton, un parlamentario liberal y católico, que encabezaba el decimoquinto intento de enmendar la ley aprobada en 1967, que no establece ningún límite pero va en conjunción con la que en 1929 marcó el tope de las 28 semanas.La emoción suscitada por el debate sobre la reforma tuvo su perfecta plasmación en el uso a fondo del procedimiento parlamentario realizado por una y otra parte para conseguir su objetivo. Alton había dimitido de un cargo de responsabilidad parlamentaria en el Partido Liberal para tener mayor libertad en su esfuerzo reformador de una ley introducida por el líder de su partido, David Steel. Hizo valer su conocimiento de los procedimientos para conseguir a trancas y barrancas plantear un orden de discusión de los eventuales límites temporales, que se acomodaba a sus objetivos.

Sus oponentes respondieron ayer con tácticas dilatorias, que resultaron letales para una enmienda que, por haber sido presentada por un parlamentario, debía aprobarse en su actual estadio legislativo en un plazo máximo de cinco horas. Para Alton, el resultado de ayer fue .una victoria moral" pues caer por trucos de procedimiento no es una derrota".

La primera fase de la reforma pasó con éxito por el Parlamento el pasado mes de enero, precedida por debates públicos sobre la pertinencia de rebajar el límite hasta las 18 semanas. A partir de entonces, la enmienda se convirtió en una balsa perdida en las difíciles aguas del procedimiento legislativo.

Aún así, se daba por hecho que la reforma llegaría con bien hasta el final y la única duda estaba en si el límite que Alton lograría imponer sería el de las 22 o las 24 semanas, una vez que se vió que era imposible establecerlo en 18 semanas. Pero la balsa pilotada por Alton acompañado por grupos antiabotistas, el Ejército de Salvación y la iglesia adventista, naufragó.

Cuando concluyó el tiempo hábil de discusión, Alton pidió, en medio de un sonoro abucheo, tiempo adicional, pero no le fue concedido por el presidente de la Cámara. El parlamentario liberal estima que con doce minutos y medio más de debate, hubiese conseguido la aprobación de la ley.

En Inglaterra y Gales se practicaron 172,286 abortos en 1986, de los cuales 5.665 se llevaron a cabo después de la 181 semana de embarazo, entre los que hubo 2,723 después de la vigésima semana y 29 que se practicaron después de la semana 25.

Sabotear la enmienda

El Colegio de Médicos británico considera que no hay base científica para establecer el límite en las 18 semanas, pero estima que a las 24 semanas hay razonables posibilidades de supervivencia, "al alcanzarse un límite anatómico por debajo del cual los pulmones no funcionan". El limite en las 18 semanas menoscaba las posibilidades de detección prematura de malformaciones.Un parlamentario opuesto a la enmienda acusó a Alton de ser demasiado ambicioso: "Si hubiese aceptado el límite de las 24 semanas, la enmienda hubiese pasado" y una parlamentaria que saboteó la enmienda dijo haber cumplido con su deber democrático "a la luz de la información proporcionada por la ciencia médica".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_