Clima de entendimiento al término de la reunión sobre Angola y, Namibia celebrada en Londres
Angola, Suráfrica, Cuba y Estados Unidos concluyeron ayer en Londres, y en una atmósfera de aparente entendimiento, dos días de negociaciones sobre la guerra que enfrenta a los dos primeros países y tiene implicados a los otros dos. A los anunciados progresos conseguidos, sobre los que las cuatro partes se comprometieron a guardar el silencio, se les intentará dar continuidad dentro de un par de semanas en un país africano no identificado. La reunión finalizó con un escueto comunicado en el que se reconocía que se había discutido sobre la situación en las regiones del suroeste africano", eufemismo por el que debe entenderse tanto la guerra en Angola como la ilegal ocupación surafricana de Namibia.
La reunión se llevó a cabo "en una atmósfera constructiva y en ella se realizaron progresos", según el mismo texto, que adelantaba que "una nueva reunión se celebrará próximamente en un lugar africano".Los jefes de delegación acordaron mantener en secreto la agenda y los términos de lo tratado, según comentó más tarde el representante surafricano Neil van Heerden, quien en un breve encuentro con periodistas adelantó que las conversaciones se reanudarán dentro de un par de semanas en un país africano por determinar.
"Ausencia de polémica"
Chester Crocker, secretario de Estado norteamericano adjunto para asuntos africanos, y mediador en el conflicto, comentó más tarde que "si va a haber una reunión en las próximados semanas es señal de que se ha acelerado el ritmo de estos encuentros, lo que es importante si se quiere aprovechar la oportunidad". El norteamericano manifestó que todos los reunidos "estaban impresionados por el tono y la ausencia de polémica" registrados en las discusiones.Washington y Moscú mantienen discusiones paralelas sobre la situación en la zona y están dispuestos a encontrar un terreno común que les permita garantizar la puesta en práctica de un eventual acuerdo, según Crocker.
Los gestos y las escuetas declaraciones realizadas tras la conclusión de la conferencia traslucen un deshielo de posiciones. El martes, al comienzo de las negociaciones, nadie en Londres se atrevía a hacer pronósticos optimistas, Los propios angoleños, cuya delegación encabezaba el ministro de Exteriores, Afonso van Dunem, dijeron que la presencia de un director general al frente del equipo negociador de Suráfrica "significa que los surafricanos no están interesados en llevar estas conversaciones adelante". Van Heerden reconoció que su presencia en Londres tenía por objetivo realizar un tanteo al ambiente político y diplomático ofrecido por la otra parte.
Las delegaciones se distribuyeron en tres mesas dispuestas en forma de U en la que la del centro hacía de presidencia y estaba ocupada por Crocker. Las mesas laterales correspondían a las delegaciones de Africa del Sur y Angola, en la que estaba incluida la representación cubana.
La vertiente militar de las conversaciones estuvo enfatizada por la presencia de tres generales, Jannie Geldenhuys, por parte surafricana, y Antón dos Santos y Ulises Rosales del Toro, en la embajada angoleñocubana.
Las negociaciones giraron en torno a la retirada de los alrededor de 35.000 cubanos que apoyan al Gobierno de Angola en su lucha contra la guerrilla pro-occidental de la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA) y, como contrapartida, el eventual desalojo surafricano de Namibia.
[Un tribunal surafricano dictó ayer múltiples condenas de muerte contra dos guerrilleros negros, acusados de haber cometido nueve crímenes tras colocar varias minas explosivas en la pequeña localidad de Messina, en Transvaal, entre junio de 1985 y junio de 1986, informa Reuter].
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