_
_
_
_
_
EL INTERROGANTE DE LA ECONOMÍA NORTEAMERICANA / 3

El garrote y la zanahoria

, El presidente Reagan tendrá que decidir en los próximos días si firma, o veta como ha prometido, la denominada Omnibus Trade and Competitiveness Act de 1988, un proyecto de más de 1.000 páginas de ley comercial que el Congreso norteamericano aprobó el pasado 27 de abril después de tres años de discusiones.El proyecto tendrá escasas repercusiones inmediatas en los esfuerzos para resolver sus problemas crónicos de balanzas exteriores, pero es una "norma imprescindible para que EE UU pueda conducir una política comercial coherente en los próximos años", según consideró un alto funcionario del Departamento de Comercio.

Aunque ha sido calificado de "contaminante" por el Gobierno japonés y criticado como proteccionista por otros países, el proyecto de ley ha servido, precisamente, para encauzar, y anular en algunos momentos, las fuertes presiones proteccionistas que han surgido al amparo del multimillonario déficit comercial.

Más información
Pendientes del déficit comercial

El presidente Reagan ha amenazado con vetar el proyecto de ley -pese a que lo necesita por contener una autorización legislativa a la Casa Blanca para negociar en el marco del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) una reducción global de barreras-, por entender que incluye algunas cláusulas que son desventajosas para su política liberalizadora. La razón más importante, sin embargo, es de carácter interno y se refiere a la obligación de las empresas que quieren cesar su actividad de dar un preaviso de 90 días al Gobierno y a sus trabajadores.

Sobre el papel, la filosofía del proyecto comercial se basa en el principio del garrote y la zanahoria, esto es, el presidente, o en su caso el representante comercial, puede adoptar, unilateral y obligatoriamente, medidas de represalia contra otro país en el caso de que imponga trabas a los productos norteamericanos.

Al amparo de esta filosofía, la ley comercial impedirá que las tres principales firmas japonesas de inversión bursátil _Nomura, Nikko y Daiwa- puedan realizar determinadas operaciones en los mercados estadounidenses hasta que el Gobierno de Tokio conceda las mismas facilidades a los norteamericanos.

El proyecto de ley también contiene más sanciones. Una de ellas, que también afecta a Japón, impedirá a Toshiba Company negociar contratos oficiales en EE UU como represalia por haber exportado a la URSS alta tecnología.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_