Juan Pablo II beatifica al carmelita catalán Palau i Quer
El Papa beatificó ayer, en una ceremonia solemne celebrada en la plaza de San Pedro de Roma, al carmelita catalán Francesc Palau i Quer, nacido en 1811 en la localidad leridana de Aitona.
El presidente del Consejo de Estado, Tomás de la Quadra Salcedo; el embajador de España ante la Santa Sede, Jesús Ezquerra; el conseller de Enseñanza de la Generalitat, Joan Guitart, y el director general de Asuntos Religiosos, Ricardo Zalacaín, formaban parte de la delegación española que asistió al acto.
La ceremonia religiosa fue concelebrada, entre otros, por el arzobispo de Tarragona, Ramón Torella; el de Lérida, Ramón Malla, y el auxiliar de Barcelona, Lluís Martínez Sistach. La lluvia torrencial que cayó en la mañana de ayer sobre Roma no impidió que numerosos españoles llenaran buena parte de la plaza de San Pedro para asistir a los actos de beatificación.
Palau i Quer, un hombre contemplativo que ejerció el apostolado activo, vivió uno de los períodos de mayores convulsiones de la historia de España. El fraile tuvo que huir de Barcelona después de la quema de conventos de 1835.
Después de pasar unos años junto a los carlistas, Palau i Quer huyó a Francia y no volvió a España hasta 1851, fecha en que regresó a Barcelona y sufrió de nuevo persecución, cuando las autoridades militares lo acusaron de apoyar una huelga general. Después sufrió destierro en Ibiza hasta su amnistía, en 1860. Fue el fundador del Carmelo Misionero.
Junto al fraile catalán fueron ayer beatificados los italianos Pietro Bonilli y Savina Pretilli, y el alemán Gaspar Satnaggassinger.
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