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Dudú ha perdido el respaldo de los líderes del sector musulmán de Melilla

Amelia Castilla

Aomar Mohamedi Dudú, el que fuera líder carismático de los musulmanes de Melilla, se ha convertido, tras un año de exilio en Marruecos, en "un traidor" para su gente. Quienes han heredado de él la capacidad de dirección de los distintos sectores del pueblo musulmán -Abdelkáder, Abderramán, Halifa-, que en otros momentos le tenían como el único redentor, le critican ahora abiertamente, y le acusan de vivir un exilio dorado a expensas de Marruecos.

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Entre los musulmanes es frecuente escuchar ahora que Dudú "es un traidor" o que "debería aprender de Nelson Mandelá" (el líder surafricano encarcelado desde hace 25 años). Éstas son palabras de Abdelkáder Mohamed Alí.Abdelkáder, de 29 años, que militó en CC OO y ha estudiado varios cursos de Derecho, estuvo encarcelado 26 días en Almería tras los sucesos de hace un año, en los que, durante unos enfrentamientos entre cristianos y musulmanes, murió Mohamed Hammu, de 41 años, y varias personas resultaron heridas. Abdelkáder y otros 24 musulmanes -entre ellos Dudú- fueron procesados por sedición, bien como autores o inductores. Abdelkáder se distanció de Dudú precisamente en la cárcel. Sus posturas son próximas a la integración y a obtener la nacionalidad española, frente a las veleidades promarroquíes del entonces líder carismático, que se exilió días antes de ser procesado y no compartió la prisión con sus nueve compañeros reclusos.

La asociación Neópolis, en la que militan algunos cristianos, se creó tras la marcha de Dudú y fue promovida por Abdelkáder. Se dedica a la defensa de los derechos humanos y a conseguir la alfabetización total del colectivo. "La situación actual no está equilibrada" explica Abdelkáder: "el 95% de los trabajos que ofrece el Ayuntamiento son para los cristianos. Queremos ser españoles, pero con todos los derechos".

Los melillenses cuentan que Dudú "es el único que ha ganado con las revueltas. Cobra un buen sueldo y vive como un pachá. Tiene casa en Nador y en Rabat y además tiene chófer". Así se expresa Abderramán, que cuenta con un grupo de seguidores y que antes era fiel defensor del líder carismático.

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Halifa Mohamed se exilió con Dudú días antes de los sucesos de hace un año. Es el líder más discreto a la hora de criticar a Aomar, pero asiente implícitamente a las frases de sus interlocutores. La conversación discurre en el bazar propiedad de Sid Driss, el anciano jefe religioso que también permanece exiliado tras su procesamiento por sedición. Algunos de los presentes critican que Dudú -antes nadie recordaba estono hable cherja, el dialecto musulmán del norte de Marruecos. Sólo habla castellano.

Dudú, no obstante, cuenta con un grupo de fieles, difícil de cuantificar. Proceden mayoritariamente del barrio de los Cuernos, una de las zonas más pobres de Melilla. Y el líder carismático no se queda atrás a la hora de las críticas, según recoge la Prensa marroquí. Dudú opina que los que se han quedado en Melilla son unos traidores.

Si Dudu es ahora el malo de la película, a Sid Driss, que también vive en Marruecos está procesado como inductor de los disturbios-, le toca el papel de bueno. Sid Driss, con nacionalidad española desde hace dos años, aguanta el exilio dignaniente. "Volverá cuando se cierren los procesos de sed¡ción", dice su hijo, que ahora regenta el bazar de la famillia. En la tienda, frente a la mezquita central, se vende lo mismo champú que vajillas chinas. El bazar es, además de comercio, un centro de reunión.

Un año

Un año después de los graves enfrentamientos entre los colectivos cristianos y musulmanes, la ciudad vive en calma, enmarcada estos días por la celebración religiosa del Ramadán.

De los más de 55.000 habitantes de Melilla, un 30,64% de la población es musulmana, según cifras oficiales, aunque el porcentaje puede ser mayor porque los datos no parecen fiables dada la ausencia de documentación de estas personas. Los devotos de Mahoma acusan al Gobierno de entregar con cuentagotas los carnés de identidad que siempre reclamaron, y de incumplir los plazos previstos para conceder la nacionalidad española.

La delegación de Gobierno asegura que en 1986 se solicitaron 6.343 DNI y se concedieron 830; un año después lo pidieron 832 personas y se les entregó a 3.088. Quedan, según estas cuentas, 2.257 pendientes de ser entregadas.

Las cifras que menejan los militantes de Terra Omniun, partido cuyo presidente sigue siendo Dudú, son distintas: "Se solicitaron cerca de 8.000 y no se ha entregado ni la mitad". Los melillenses que todavia carecen de documentación están convencidos de que con el carné llegará la posibilidad de tener un trabajo y Seguridad Social.

El recuerdo de los sucesos del año pasado es tan fuerte que la llegada de periodistas a la ciudad es interpretada por muchas personas como un indicio de que se avecinan nuevos desórdenes.

Las pintadas contra los moros han desaparecido, y en las paredes sólo se escriben reivindicaciones laborales. Los partidos cristianos se han lanzado a una carrera electoral para ver quién integra más. No hay nada como la fuerza de los votos, ahora con nuevos DNI. No hay acto político ni cóctel que se precie en el que no esté presente una delegación musulmana. En el congreso del PSOE de Melilla, que se celebró hace dos semanas, se escucharon voces como "¡qué bonito quedaría hacerse una foto con Abdelkader".

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