Justicia cristiana

El dirigente musulmán Abdelkader Mohamed Alí, que es propietario de una tienda de ropa a la última moda, está procesado todavía por sedición. El sumario por el que fueron inculpados 24 musulmanes a los que se acusé de incitar a la subversión sigue abierto. Los procesados tienen limitados sus movimientos: se les permite viajar a cualquier país del mundo, pero no a Marruecos, precisamente donde la mayor parte de los acusados tienen familia.La prohibición no se rompe ni en casos de muerte. Uno de los encartados no pudo asistir al entierro de su sobrina en el país vecino pese haberlo solicitado expresamente. "Despídala en la frontera", le dijo el juez José María Treviño, que instruye diligencias en relación con este suceso.

El juez opina al respecto que no se pueden hacer excepciones. Cuando se le pregunta por el sumario, Treviño sonríe pícaramente mientras señala el expediente: "Está ahí, lo tengo cerca de mí para que no se pierda". Las diligencias por parte judicial están prácticamente concluidas: "Falta un informe del Ayuntamiento con la valoración de los daños que se produjeron con motivo de los hechos sediciosos y un oficio de la delegación del Gobierno".

Miguel Sánchez Luque, el guardia jurado acusado de matar de un disparo a Mohamed Hammu, de 41 años, y de herir a otras dos personas en un incidente hace un año, salió en libertad provisional tras permanecer menosde dos meses en la cárcel. El juez José María Treviño asegura que todavia no ha calificado el suceso.

"Uno de los heridos perdió un ojo y el otro quedó parapléjico. Estoy pendiente de la rehabilitación de los heridos para valorar los hechos", asegura el juez.

El acusado, que no cumplió ni dos meses de prisión, vive ahora fuera de Melilla. "Qué haría usted", pregunta el juez, si hubiese matado a un musulmán?". "¿Seguiría paseando tranquilamente por la calle?".