Revision conservadora de la política exterior de México

México revisa hacia posiciones más conservadoras su política exterior, tradicionalmente caracterizada por su audacia e independencia frente a EE UU. Así ha sido interpretada la súbita destitución de Ricardo Valero, uno de los principales funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores quien, en un gesto sin precedentes, ha criticado, tras su retiro, la política internacional de la etapa final del sexenio de Miguel de la Madrid.

En menos de dos meses, Valero, que durante cinco años fue el motor del Grupo de Contadora, ha sido relevado de su cargo de subsecretario de Relaciones Exteriores y, más tarde, del de embajador en Moscú. Ni siquiera llegó a ocupar este último puesto. Fue bruscamente destituido tras acusar al Gobierno de no haber, mantenido una posición clara de apoyo a Panamá.Valero publicó la pasada semana en el influyente diario Excelvior un artículo en el que denunciaba que se enteró de su cese por una nota "admonitoria e irrespetuosa" y relacionaba su salida con un giro conservador de la política exterior. Otras fuentes diplomáticas y observadores aprecian una rectificación en la diplomacia mexicana después de que, en enero, el. Grupo de Contadora fuese invitado por los Gobiernos centroamericanos a limitar su papel mediador.

Valero fue el hombre clave del Grupo de Contadora hasta esa fecha y uno de los autores del informe que aseguraba que Nicaragua había cumplido con el plan de Esquipulas 2 y apreciaba fallos y carencias de los demás Gobiernos. El informe indignó de los centroamericanos contra Contadora y supuso la marginación del grupo pacificador, al que pertenecen también Colombia, Panamá y Venezuela.

Tras su retiro como número dos de la cancillería en febrero pasado, Valero fue compensado con el cargo de embajador en la URSS. Después de ser nombrado, el embajador hizo unas declaraciones en las que afirmaba que México y los demás países latinoamericanos habían abandonado a Panamá y que Esquipulas tenía el propósito de neutralizar a Contadora.

"Me parece que sería una enorme irresponsabilidad", dijo, "de los países latinoamericanos -y ya tenemos algunos elementos que nos hacen mantener preocupaciones serias- el que no hicieran un esfuerzo de solidaridad con el pueblo panameño en este momento". Valero criticó el hecho de que México no se hubiera opuesto a la expulsión de Panamá del Grupo de los Ocho, en el que, además de Contadora, participan Argentina, Perú, Brasily Uruguay.

El caso Valero ha desatado una polémica sobre la orientación de la política exterior mexicana, caracterizada por gestos como el de ser el único país de América Latina que no rompió relaciones con Cuba tras la revolución castrista. "Hemos perdido respeto en el mundo", afirma un destacado analista político. "Nada ha cambiado", contesta el subsecretario de Exteriores, Flores Olea.

Las denuncias de Valero se producen después de que, en pocos meses, el Gobierno de Honduras expulsase al embajador mexicano por proteger a perseguidos políticos, y de que el candidato de México no lograse la presidencia del Sistema Económico Latinoamericano (SELA).

Los observadores relacionan la pérdida de agresividad de la política exterior mexicana con la profundización de su crisis económica, que condiciona considerablemente las relaciones con EE UU.