El Rey resalta la riqueza que supone para Cataluña la variedad de opciones políticas y económicas

El Rey de España resaltó ayer, durante el discurso que pronunció en el acto inaugural de las celebraciones del Milenario de Cataluña, la riqueza que supone para el Principado la variedad de opciones políticas, económicas y humanas, existentes. Don Juan Carlos elogio la contribucion del pueblo catalán a la formación de España y aseguró que la Monarquía que él encarna "quiere y puede agrupar" la variedad de pueblos e intenta "comprender y sentir el carácter peculiar de cada uno de ellos". Antes que el Rey habló el presidente de la Generalitat, JordiPujol, quien glosó los esfuerzos de Cataluña durante siglos para conservar su propia identidad, y señaló que, pese a las limitaciones propias, "nunca nos han destruido". El discurso de Pujol tuvo un tono más moderado que el anunciado previamente por fuentes de la Generalitat.

La visita real a Cataluña transcurrió sin incidentes relevantes y en medio de fuertes medidas de seguridad, ante la amenaza de sectores independentistas de protagonizar en la calle acto de protesta contra la Corona. Los diferentes cordones de seguridad establecidos en los accessos a la plaza de Sant Jaume, donde está la sede del Gobierno de la Generalitalitat, hacían infranqueable el tránsito por la zona y rompían con una tradición que perduraba desde que en 1977 don Juan Carlos y doña Sofía visitaron por primera vez Cataluña como Reyes de España.

La única presencia en la plaza de Sant Jaume de coches oficiales y de agentes de la policía proporcionaba una imagen insólita a una plaza que se llena desde hace décadas en las grandes conmemoraciones ciudadanas, desde el retorno de Josep Tarradellas hasta la celebración de los títulos deportivos conseguidos por el. FC Barcelona.

"Un pueblo que celebra su milenario destaca una fecha muy importante de su historia" afirmó el Rey en su alocución largamente aplaudida por todos los asistentes. `Pero no re cordamos en este acto un acontecimiento meramente historicista, sino el nacimiento y la evolución de un cuerpo social vivo y cambiante, que, además de crecer y realizarse con toda plenitud, ha sabido adaptarse a los avatares de los siglos con mirable sentido de la realidad y clara aspiración de grandeza", añadió.

El jefe del Estado, cuya presencia en los actos del milenario había sido vista con cierta preocupación por el Gobierno por entender que la Corona podía ser objeto de manipulación por los sectores nacionalistas destacó la "gran contribución de Cataluña a la formación de España y a su regeneración en los momentos difíciles". "Estoy orgulloso de descender de los condes de Barcelona y de ceñir ahora la Corona de España que a todos nos une y que tantos contribuyeron a forjar", agregó

Don Juan Carlos, que intercaló el catalán y el castellano, repasó brevemente la contribución de los catalanes en diferentes períodos de la Historia y dijo que con la misma tenacidad de sus empeños históricos Cataluña había luchado por la España democrática y se había esforzado en consolidarla y dinamizarla. "Lo que reconforta de Cataluña, además de su en raizado amor por todo lo propio y de su acendrada laboriosidad, es Ía variedad de sus opciones, ya sean artísticas, políticas, económicas, literarias, has ta paisajísticas y, desde luego, humanas", señaló.

Las referencias del Rey a la pluralidad de opciones ideológicas, como una muestra de la realidad catalana, contrastaron con la situación vivida en el salón de Sant Jordi, donde se celebré el acto real. Las limitaciones propias del salón, donde no caben más de 500 personas, dejaron fuera a diferentes personalidades, preferentemente de la oposición socialista y comunista. Tampoco se invitó a los líderes sindicales, mientras el ex presidente del Parlament, el republicano Heribert Barrera, dejó vacía su silla.

El Rey subrayó que el milenario constituirá la puerta de la Barcelona olímpica de 1992 y recordó que coincidirá y se fúsionará con la celebración del V Centenario del Descubrimiento de América, "ocasión oportuna para que estrechemos aún más los lazos entre España y la América de nuestra estirpe". Valoré altamente el amor de los catalanes a la libertad y al progreso y manifestó que admiraba de forma muy especial "la noble y prestigiosa lengua catalana".

Hablando en catalán, el Rey recalcó que la variedad de lenguas es enriquecedora "corno lo es la variedad de los pueblos y de las personas". "Los pueblos se han de mantener fieles a sus orígenes para comprender mejor su presente y proyectarse con firmeza hacia su futuro". Las últimas palabras reales fueron para desear a Cataluña "un futuro de paz y de grandeza, de trabajo y de libertad, al lado de los otros pueblos de España y del mundo".

Previamente, Pujol había pedido en su discurso a los catalanes y a los españoles de fuera de Cataluña que reflexionaran sobre el milenario y sobre lo que "en común debemos hacer los próximos años". "Esta conmemoración que hoy iniciamos se hace para continuar y para aportar nuestro patrimonio a un proyecto", dijo.

El historiador Manuel Mundó, que glosó los 1.000 años de Cataluña e intervino con el acuerdo de todos los partidos, habló en nueve ocasiones de la independencia política de Cataluña y dio a su lección magistral un claro contenido político.