De la 'política de calcetín' a las obras faraónicas
La rehabilitación del viejo hospicio Pignatelli como nueva sede del Gobierno aragonés ha suscitado una viva polémica entre el Ejecutivo saliente, del PSOE, que fue quien planeó e inició las obras, y el actual del Partido Aragonés Regionalista (PAR).Las discusiones se centran en la necesidad del proyecto y su envergadura, faraónica para algunos, así como en el ritmo de la construcción. Las partes no se ponen de acuerdo ni en el coste, que oscila entre 3.000 y 5.000 millones. El PAR consignó en los presupuestos la emisión de 1.000 millones de deuda pública para pagar las obras. La oposición, incluida AP, la rebajó a 450 millones.
La capacidad inversora del Gobierno regional es de 16.000 millones. Escasa, según el portavoz de Izquierda Unida, Antonio de las Casas, que calcula la capacidad de endeudamiento del Gobierno autónomo en unos 50.000 millones de pesetas. Gracias, según él, al dinero existente en diversos depósitos bancarios ("unos 12.000 millones de pesetas, resultado de la política de calcetín del PSOE") y al remanente de dinero no invertido en anteriores ejercicios.
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