Motivo de alegría

Hay que dar la enhorabuena a Radio Futura por sus conciertos en el teatro Afil, y los motivos son varios. Por la calidad y personalidad de su música transmitida con alegría y espíritu de grupo, su estado de forma, el reencuentro con el guitarrista Enrique Sierra tras su larga enfermedad y la iniciativa de emprender una serie de actuaciones durante seis días en un pequeño auditorio.En las grandes capitales son frecuentes los macroconciertos, donde los músicos se convierten en puntos sobre un escenario y el sonido deja, por lo general, bastante que desear. Tener la posibilidad de asistir a un concierto donde los músicos están al alcance de la mano, el sonido es casi perfecto y la comunicación se produce de manera directa, mirando a los ojos de los artistas, es un lujo que hasta ahora sólo se podía disfrutar en los pequeños locales existentes en toda España que no pueden permitirse la programación de grupos punteros.

Sobre la música de Radio Futura está dicho casi todo. Sus textos son intensos sin caer en la pretenciosidad y mantienen una originalidad conceptual que no tiene parangón en la música española. Pero su concierto de presentación fue más allá, porque Radio Futura atraviesa el mejor momento de su ya larga carrera. La solidez de sus planteamientos está respaldada por un magnífico estado de forma que adquiere mayor valor por cuanto son capaces de afrontar el riesgo y enfrentarse a su reto particular de medir sus posibilidades de transmitir energía y emociones. Radio Futura salen airosos y consiguen meter al público en el escenario, hacerle partícipe y envolverle en una dinámica propia

Fue un concierto emocionante, donde se recordaron antiguas canciones y repasaron los últimos discos, siempre con esa agilidad interpretativa que permite a Radio Futura que todo suene como nuevo. Santiago Auserón está pletórico ha desarrollado una capacidad de improvisación escénica que da la impresión de no haber tocado fondo y, sus posibilidades como comunicador las ofrece sin reprimirse ni excederse, arriesgando siempre. Esta facultad para saber llegar con emoción también se extiende al resto del grupo. La incorporación, tras un año de alejamiento por enfermedad, de Enrique Sierra constituye la guinda que le faltaba a Radio Futura para consolidar su carisma y personalidad definitiva, y la compenetración con Javier Monforte es magnífica y complementaria.

Las condiciones del local permiten constatar la solidez rítmica de Carlos Torero y Luis Auserón y los teclados de Pedro Navarrete podrían adquirir mayor presencia en algunos momentos, con lo que las canciones de Radio Futura ganarían en consistencia armónica.

Con estos planteamientos y sus resultados, el elevado precio del concierto -2.000 pesetas- permite acceder a la música como valor per se, y valorar el trabajo de seis músicos que han logrado algo tan sencillo de plantear y difícil de conseguir como tener espíritu de grupo y ofrecer un motivo para la alegría.