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El tapón del Guadiana

Un puente pondrá fin en 1990 al colapso que bloqueó a Guerra en el paso fronterizo entre España y Portugal

El paso de la frontera de la desembocadura del Guadiana, prácticamente el único punto que comunica España y Portugal a través de sus dos regiones del Sur, el Algarve y Andalucía, se realiza a través de media docena de pequeñas lanchas transbordadoras, que no pueden trabajar al unísono por falta de puntos de atraque y que funcionan con aire de industria familiar. El colapso del paso fronterizo, como el que en Semana Santa eludió el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, con el uso de un avión Mystére entre Faro y Sevilla, seguirá produciéndose en fechas claves de vacaciones y días festivos hasta 1990.

Para ese año está prevista la inauguración del primer puente internacional sobre la desembocadura del Guadiana, cuyas obras ya han comenzado. Los turistas que accedan a Portugal por Huelva podrán comunicar directamente con Faro y las playas del Algarve. A partir de entonces se dejará ya de hablar del tapón del Guadiana. El otro paso fronterizo de Huelva, el de Rosal de la Frontera, supone atravesar 100 kilómetros por las tortuosas carreteras de la sierra, y apenas es utilizado.El puente, cuya construcción se inició a finales del año pasado, es para muchos la panacea que permitirá el desarrollo turístico de las playas onubenses y la consolidación definitiva de las del Algarve, una región sobre cuyo turismo está volcado todo Portugal. Otros ven el proyecto con recelo y piensan que será la ruina de Ayamonte (Huelva), una localidad de 17.100 habitantes que vive fundamentalmente de la pesca, el comercio y la construcción.

Muchos son los ayamontinos que piensan que el comercio local se vendrá abajo cuando para cruzar la frontera no sea preciso hacer escala en el pueblo. El nuevo puente se ubicará 1.200 metros al norte de Ayamonte, y por ello se pretende que desde la nueva carretera, nada más tocar suelo español, los turistas que atraviesen el puente encuentren un acceso a Ayamonte, en cuyo núcleo urbano se ubicará una importante oficina de turismo.

Joaquín Rodríguez, encarga do de la sociedad anónima que gestiona los tres transbordadores españoles que comunican en 10 minutos Ayamonte con la localidad portuguesa de Vila Real de Santo Antonio -los otros tres son portugueses-, opina que el puente "será la ruina de Ayamonte, digan lo que digan". Sin embargo, el alcalde ayamon tino, el independiente José Cea da, piensa que "no será negativo y que turísticamente favorecerá ya que, mientras el Algarve está turísticamente consolidado, aquí estamos despegando".

En Portugal, la construcción del puente no crea tantos recelos. Ni siquiera en Vila Real de Santo Antonio, localidad que quedará aún más aislada que Ayamonte -el puente distará unos cinco kilómetros de su casco urbano-, ya que se encuentra más al sur que su vecina española.

Pese a todo, la tranquilidad en Vila Real, ciudad de características similares a Ayamonte, es grande. La dueña de la tienda de licores de la Rua Benedictina, una de las calles peatonales de esta localidad, atiborrada de tiendas, reconoce, al igual que la mayoría de los comerciantes, que muchos turistas eludirán el paso por la población. No obstante, está segura de que los españoles que viajen a Portugal para hacer compras seguirán acudiendo a Vila Real, la localidad más próxima y mejor abastecida.

Los portugueses también acuden a Ayamonte para realizar sus compras, e incluso, frente al puesto fronterizo, existen ya importantes tiendas y supermercados estratégicamente situados.

En 1987 el tránsito de viajeros hacia Portugal por Ayamonte fue de 3.500.000 y 180.714 vehículos. En abril de 1987 se abrió por primera vez la frontera durante las 24 horas y pasaron 289.000 personas. El mes de más tránsito fue agosto de 1987, con 380.130 personas y 32.557 vehículos.

Seis transbordadores

Para efectuar los viajes a través del Guadiana existen seis transbordadores, tres de cada país. Nunca operan más de cuatro a la vez, ya que tanto en Vila Real como en Ayamonte sólo existen dos puntos de atraque. Los tres transbordadores españoles son más modernos que los portugueses. El más viejo tiene 16 años, y el más reciente, sólo seis. En el mayor caben hasta 34 vehículos, y en el más pequeño, sólo 11. En todos ellos pueden viajar hasta 200 pasajeros.El puente internacional sobre el Guadiana estará terminado, según las previsiones del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU), para el verano de 1990. El puente será de tipo atirantado -sostenido por tirantes que descansan sobre dos pilaresy similar al Claro de Luna, de Navarra, o al levantado sobre la ría de Vigo. El presupuesto de la construcción, de la que se encarga un equipo interdisciplinar integrado por técnicos portugueses y españoles, es de unos 2.400 millones de pesetas, que se abonarán al 50% entre ambos países. El proyecto es del ingeniero portugués Cangio Martins.

El puente se sustentará sobre dos pilares en forma de 'A'. Los pilares alcanzarán una altura de 97,2 metros. La longitud total del puente será de 666 metros, y el ancho, de 13,50, lo que permitirá dos carriles con sus respectivos arcenes. Construido en hormigón, el puente resistirá, según los técnicos, los movimientos sísmicos que con cierta frecuencia se producen en la zona. Por este motivo se ha trazado a unos 1.200 metros al norte de Ayamonte, en una zona que se encuentra a salvo de la falla de la desembocadura del Guadiana.

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