Los secuestradores del avión kuwaití asesinan a un militar del Emirato
Los secuestradores del Boeing 747 kuwaití asesinaron ayer a uno de los rehenes, un oficial del Ejército de Kuwait, que figuraba entre las 55 personas que permanecen a bordo del jumbo, estacionado todo el día de ayer en el aeropuerto chipriota de Larnaca tras la dramática odisea del viernes, cuando al aparato le fue prohibido su aterrizaje en el aeropuerto de Beirut. En el quinto día de secuestro -una de las más largas acciones terroristas de este tipo-, los piratas del aire exigieron llenar de combustible el avión para su eventual salida hacia un país árabe.
Los secuestradores advirtieron que tenían colocados varios paquetes de explosivos dispuestos para hacer volar el avión si no se cumplían sus exigencias, y ofrecieron como ejemplo, poco antes le cumplir el plazo de su advertencia de cargar combustible, el cadáver del pasajero kiiwaití que regresaba junto con otros dos compañeros de unas vacaciones en Tailandia.Se trata de la primera víctima de este secuestro, comenzado el pasado martes, cuando el avión de la Kuwait Airways que volaba de Bangkok a Kuwait con 112 pasajeros a bordo fue desviado a la ciudad iraní de Mashad.
Poco después de ese asesinato, un pasajero que padecía del corazón fue liberado, dado su estado de salud. A la ciudad chipriota se desplazó una delegación de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) que trató de negociar .con los secuestradores -entre cuatro y siete hombres, aparentemente miembros del grupo radical islámico Partido de Dios- la liberación de los rehenes. Una delegación del Gobierno kiiwaití viajó también a Larnaca para seguir de cerca la dramática evolución del secuestro.
La mayoría de las 55 personas que permanecen a bordo del jumbo son kuwaitíes, y entre ellas figuran tres miembros de la familia real del Emirato. Las autoridades de este país volvieron a rechazar ayer las exigencias de los terroristas, que piden la puesta en libertad de 17 fundamentalistas islámicos presos en cárceles kuwaitíes.
Las responsables chipriotas, que autorizaron el viernes el aterrizaje del aparato cuando éste, tras sobrevolar Beirut durante más de tres horas a baja altura pidiendo permiso para aterrizar, estaba a punto de agotar su carburante, buscan desde entonces la forma de desembarazarse del problema y negocian su salida hacia un país árabe. Entre los destinos que se barajan destaca Sariaa, la capital de Yemen del Norte.
El portavoz del Gobierno chipriota, Akis Fantis, se mostraba optimista ayer por la tarde sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo con las autoridades kuwaitíes para llenar los depósitos de combustible del aparato y permitir su salida de Larnaca. El Gobierno del Emirato ha "relajado su posición", dijo.
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