Una bomba le destrozó.
Albie Sachs, un abogado de raza blanca y uno de los líderes del Congreso Nacional Africano (ANC), que combate con las armas al régimen racista de Suráfrica, yace con una mano arrancada del brazo, en medio de una calle de Maputo, la capital de Mozambique, país en el que se había exiliado. Sachs, que se halla en grave estado, fue alcanzado por una bomba que explotó al abrir la puerta de su vehículo, hiriendo también a dos viandantes. La explosión dejó un profundo agujero en el suelo y una gran mancha de sangre. El Gobierno mozambiqueño acusó inmediatamente al Gobierno de Pretoria de estar detrás del atentado.
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