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Unos desconocidos roban seis cuadros de Miró de la fundación de Barcelona dedicada al artista

La policía cree que la acción fue realizada por unos aficionados

Seis cuadros de Joan Miró, de la primera época del artista catalán (excepto uno fechado en 1921), propiedad de la Fundación Joan Miró de Barcelona, fueron robados en la madrugada de ayer por unos desconocidos, que penetraron en la sala Joan Prats de la fundación, donde estaban instalados los cuadros, tras romper con dos mazas el vidrio de una de las múltiples paredes acristaladas que tiene el edificio. Las más de 1.700 obras del artista catalán que componen el patrimonio de la Fundación Miró, entre las que se hallaban las seis robadas, no están aseguradas, ya que, según fuentes de la propia fundación, es muy costoso el pago de una prima que cubra todos los riesgos. La policía cree que el robo -perpetrado, al parecer, por tres personas- es obra de aficionados.

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El robo tuvo lugar a las 5.20 horas de la madrugada de ayer. Según la policía, dos individuos penetraron en la sala Joan Prats, situada en el nuevo anexo del edificio inaugurado el pasado mes de enero por la reina Sofía, tras romper el vidrio de una de las grandes ventanas de la sala (1,5 X 3 metros) con un mazo de hierro con mango de madera y un martillo de mecánico, que fueron abandonados por los ladrones en el mismo lugar de los hechos. La notable cantidad de aberturas del edificio y el hecho de que los vidrios no estén reforzados -por falta de presupuesto- facilitó la tarea de los ladrones.El vigilante nocturno, Laureano Yañez Moreno, de 62 años, se encontraba en el vestíbulo de la Fundación Miró cuando oyó el ruido de la rotura de cristales. Al no ir armado, lo único que hizo es dar voces para ahuyentar a los ladrones. Posteriormente, se dirigió a llamar a la Guardia Urbana barcelonesa, pero cuando ésta llegó los ladrones ya habían desaparecido.

Los miembros de la Brigada Regional de la Policía Judicial de Barcelona, que acudieron posteriormente, no han encontrado hasta el momento huella alguna, salvo la de un miembro de la guardia urbana que acudió al lugar de los hechos. El Ayuntamiento de Barcelona, que es miembro institucional de la fundación, asumió en su día la responsabilidad de su vigilancia a través de funcionarios.

El sistema de seguridad de la Fundación Miró está dotado con sensores de alarma situados en todas las cristaleras del edificio. Estos sensores están habitualmente conectados a un panel situado en el interior de la fundación y a una comisaría de policía. Debido a las obras de ampliación del edificio, y para evitar falsas alarmas, la conexión con la policía había sido temporalmente anulada. Según fuentes policiales, en aquellos momentos tampoco estaba la alarma conectada al panel interior debido a que el vigilante nocturno la había desconectado.

Por su parte, Jordi Fortuny, gerente de la empresa que instaló el sistema de alarma del edificio, aseguró a este diario que la alarma interior de la fundación sonó al ser rotos los vidrios del ventanal. Sin embargo, el vigilante nocturno afirmó en declaraciones públicas que la alarma no funcionó y que pudo percatarse de que algo estaba ocurriendo en la sala Joan Prats al oír el ruido producido por la rotura del vidrio.

La policía cree que los ladrones fueron tres, dos penetraron en el interior de la fundación para robar los cuadros y un tercero esperaba en un coche para facilitar la huida. En estos momentos, 40 miembros de la policía están trabajando en la investigación del caso. La hipótesis principal que se baraja es que los ladrones son unos aficionados, quizá con algún contacto para intentar vender las obras robadas. Esta tesis viene reforzada por el burdo sistema utilizado y el hecho de que las obras robadas -cinco de los cuadros estaban junto a la ventana rota y otro detrás de un panel pero en la misma sala- se hallasen junto a otras piezas de mayor valor.

Los seis cuadros robados fueron pintados por Joan Miró entre 1914 y 1919, a excepción de la obra Composició, fechada en 1936. "El valor de las obras robadas es imposible de calcular", declaró Eduard Castellet, presidente del Patronato de la Fundación Miró. Las seis obras son bastantes conocidas, principalmente el Retrat de vaileta de 1919, y figuran en todos los catálogos de la obra del artista catalán.

"La venta de estos cuadros en el mercado internacional es imposible", manifestó Lluís Bosch, adjunto a la dirección del la Fundación Miró. "Sólo pueden hacerse tres cosas con ellos: devolverlos, destruirlos o bien que pasen a manos de un coleccionista fanático para su disfrute particular. Cualquier otra posibilidad es impensable".

Joan de Muga, responsable de la galería Joan Prats y marchante de arte, manifestó ayer a este diario que es difícil establecer el precio de las obras robadas, que puede oscilar entre los 100 y 500 millones de pesetas cada una. "Lo grave es que pertenecen a un período del que la fundación no tiene abundancia de fondos". La policía remitió ayer las fotos de los cuadros robados a la Interpol y a los departamentos aduaneros.

Coincidiendo con este robo, se ha dado la trágica circunstancia de que anteayer falleció en accidente de tráfico cerca de Grenoble (Francia) el jefe de Prensa de la fundación, Álex Ferrer.

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