Más de 10,000 personas asistieron al funeral de las 15 víctimas del autobús de escolares arrollado por un tren

Más de 10.000 personas asistieron ayer en la catedral nueva de Lérida al funeral de las 15 víctimas del accidente registrado el pasado viernes en Juneda, donde un tren de Renfe arrolló a un autobús en un paso a nivel sin barreras. Diez niños de tres a cinco años, cuatro maestras -una de ellas embarazada y el conductor del vehículo resultaron muertos, mientras los otros 15 ocupantes del autobús sufrieron heridas graves. La reina Sofía presidió el sepelio, donde sólo fueron colocados 10 ataúdes -cuatro adultos y seis niños-, ya que las otras cinco víctimas habían sido enterradas unas horas antes. Ayer aún no se conocían las causas que motivaron el accidente.

La reina Sofía llegó a Lérida en un helicóptero procedente de Palma de Mallorca y que aterrizó en la explanada del cuartel de Gardeny. Doña Sofía, que iba vestida con un traje-chaqueta marrón claro, fue recibida en la catedral con tímidos aplausos, que fueron acallados por la multitud. El ambiente, en el interior de la catedral, era muy tenso. Un portavoz municipal había calificado unas horas antes el accidente como "una tragedia histórica". Cinco de las familias de las víctimas decidieron celebrar el entierro en la intimidad y declinaron la invitación de participar en la misa común de la catedral.El funeral comenzó alas 11,15 horas, y la misa fue oficiada por Ramón Malla, obispo de Lérida. Al sepelio también acudieron el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol; el delegado del Gobierno en Cataluña, Francesc Martí Jusmet; y el ministro de Transportes, Abel Caballero, además de Raimón Obiols, líder del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC); Alberto Ruíz Gallardón, vicepresidente nacional de Alianza Popular (AP) y los consellers de la Generalitat Agustí Bassols -Justicia- y Joan Guitart :-Enseñanza-. Doña Sofía, acompañada por Jordi Pujol, saludó uno a uno a todos los familiares de las víctimas que habían acudido al funeral, escena que no pudo ser captada por los fotógrafos ni los equipos moviles de televisión, ya que las familias de las víctimas habían solicitado que no acudieran al interior del templo.

El funeral, en el que participaron 50 sacerdotes, se inició con 20 minutos de retraso debido a la confusión provocada por la asistencia masiva de personas a la catedral. El obispo de Lérida comenzó su homilia preguntándose .¿Por qué señor, has permitido que pasara ésto?". Un telegrama remitido por Juan Pablo II, en el que el Papa expresaba su dolor y tristeza por el accidente, se leyó durante la misa.

Una vez finalizada la ceremonia, la reina Sofía y Jordi Pujol. volvieron a saludar a los familiares de las víctimas, que se hallaban muy afectadas. Uno de ellos se dirigió en voz alta, pero entrecortada por la emoción, al ministro Abel Cabellero, al que suplicó que "esto no vuelva a ocurrir nunca más en España", en una clara alusión a los más de 5.000 pasos a nivel sin guarda ni barrera que aún existen en España.

La Reina, acompañada por el alcalde de la ciudad, Manuel Oronich, que se hallaba en la República Federal de Alemaniacuando se produjo el accidente, se desplazó posteriormente hasta el hospital Arnau de Vilanova, -donde se interesó por el estado de los niños ingresados allí. La visita duró 15 minutos y poco arites de las 14 horas, doña Sofía emprendió el viaje de regreso a Madrid.

El accidente que ha motivado la mayor manifestación 0 dolor de los últimos 50 años en Lérida, aún está en proceso investigación. Parece claro, sin embargo, que el maquinista del tren rápido 7.550 que embistió al autobús conducido por Fraocisco Cervilla Moreno -una de las víctimas- hizo sonar el sijbato para avisar al chófer de su proximidad. El aviso fue inútil el autobús en el que viajaban los niños se cruzó en la vía y fue destrozado. La zona, repleta de manzanos secos, quedó senibrada por cuerpos destrozados.