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El fin del 'statu quo' bancario

'Congelada' la entrada de Parretti en el Industrial del Tajo

El Banco de España ha paralizado las conversaciones que se venían manteniendo entre los responsables del Banco Industrial del Tajo y el financiero italiano Giancarlo Parretti con el objetivo de que este último se hiciera con el control de la entidad. Diversas razones, entre las que se encuentra el hecho de que se trataría de autorizar la venta de un banco español a un inversor extranjero, han llevado a las autoridades económicas a dejar clara su posición contraria a una operación de este tipo.Desde hace varios meses el financiero italiano ha tratado de encontrar un camino por el que penetrar dentro del sistema financiero español, aunque las vías utilizadas no han dado resultado. La compra de acciones de Banesto, y la opción que tuvo hacerse con otro paquete importante de este mismo banco procedente de la deuda Coca, no han resultado afortunadas al no materializarse el acuerdo con Banesto porque Parretti no pagó la cantidad comprometida.

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El segundo intento han sido las conversaciones mantenidas con los responsables del Banco Industrial del Tajo, una entidad pequeña e independiente de los grandes grupos que ha tenido varios intentos de venta que no han fructificado hasta ahora. En el momento en que las autoridades económicas tuvieron conocimiento de dichos contactos hicieron saber su posición negativa a una toma de control, lo que ha desbaratado cualquier intento posterior. El Banco de España, que fue sorprendido hace unos años por la venta del Banco Perfecto Castro a capitales venezolanos, y que respondió en aquel momento con contundencia, no ha dejado esta vez que se le escapara la situación de las manos y lo ha parado bastante antes de que fuera irremediable la operación.Es curioso que el gobernador del Banco de España, en su última comparecencia en el Congreso de los Diputados, lanzara dos mensajes claros a los bancos y a los potenciales banqueros. El primero de ellos fue la desaparición del statu quo bancario y el anuncio de que se autorizarían nuevas fichas si se cumplían ciertas condiciones. El segundo de los mensajes fue la reiteración de que las autoridades no quieren, salvo en casos concretos y escasos, que grupos extranjeros adquieran bancos españoles antes de que se produzca la plena liberalización de los movimientos de capitales.

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