Las lágrimas de Neila

EMILIO MARTINEZ El chaval Carlos Neila lloraba a la muerte de su segundo enemigo por haber fallado con la tizona, lo que le impidió cortar la oreja después de torearlo muy bien. Eran lágrimas de rabia, pundonor y profesionalidad, características ausentes en muchas de las denominadas figuras y que sobran a estos adelantados alumnos de las escuelas taurinas.

Esas características, más mucha valentía, se necesitaban para hacer frente a seis animales que eran becerros por la edad, pero enseñoreaban trapío de galafates. Lástima que por sus venas no hubiera ni un atisbo de sangre brava, resultando unos eralesmorlacos mansos y difíciles Hubo también competencia en quites entre los diestros, y pudieron admirarse gran cantidad de suertes, la mayoría ejecutadas también con calidad.

El madrileño Neila no pudo lucirse con el maulón primero, al que lidió a la antigua usanza y fulminó, a éste sí, con la espada. Su paisano Juan Carlos Moreno evidenció falta de mando en al gunos momentos de sus faenas con el señuelo escarlata frente a sus boyancones. Mando y personalidad del que hace gala en las voces e iracundas órdenes que de continuo lanza a la más mínima torpeza de sus subalternos. Destacó con el percal, en unas bellísimas verónicas, y con las banderillas, como Neila.

El gaditano Miguel Ángel Guillén intentó emular a Paula, en lo bueno, se entiende, y se quedó en un remedo del jerezano, aunque dibujó el toreo der güeno y superó la prueba con bizarría.Triunfo de Luguillano

El novillero David Castro, Luguillano, que actuaba como único espada en festejo a beneficio de la Cruz Roja, en Olmedo (Valladolid), cortó siete orejas y dos rabos a los novillos de Ramón Flores. En la tradicional jornada taurina de la festividad de San José se celebraron muchos festejos, según informa la Agencia Efe, destacando los siguientes:

Alcalá de Henares (Madrid). Toros de San Román. Julio Robles, vuelta y oreja. Carlos Cancela, silencio y vuelta. Luis Cancela, silencio y palmas.

Benidorm (Alicante). Seis toros y un novillo de Arjona. Juan Mora, vuelta y dos orejas. Gómez Jaén, ovación tras un aviso y oreja. El Fundi, oreja y oreja. El novillero Ramón Escudero, Albaicín, ovación.

Aranjuez (Madrid). Novillos de Concha Navarro. Niño de la Taurina y Juan Cuéllar, que actuaban mano a mano, cortaron dos orejas cada uno, saliendo a hombros.