El tribunal de la colza preve para mayo el final del juicio

El juicio de la colza, que está a punto de entrar en su recta final, concluirá el próximo mes de mayo, según todas las previsiones. El presidente del tribunal, José Antonio, Jiménez Alfaro, declaró a este respecto que las previsiones lógicas apuntan a que el juicio pueda acabar a primeros de mayo, pero todo depende de lo que se extiendan los abogados en sus informes. El magistrado precisó que una vez que el juicio concluya, el tribunal se concederá una ampliación del plazo legal para dictar sentencia, ya que necesariamente será un texto muy complejo y largo.

En la resolución judicial deberá figurar -además de la relación de hechos que se declaren probados y los fundamentos jurídicos que contesten a todas las cuestiones formuladas por las partes- un fallo en el que se recojan las lesiones sufridas por cada afectado y las indemnizaciones que les correspondan.Fuentes que han seguido el proceso consideran que, si se cumpliesen todas las previsiones, la sentencia podría estar lista para principios de verano.

Según estas fuentes, la parte más ardua y difícil del juicio -que comenzó el 30 de marzo de 1987-ya ha pasado. El lunes día 14 de marzo concluyó la prueba pericial, y el próximo día 21 acabarán las declaraciones de testigos.

A partir de ahora, sólo quedan la prueba documental, la confirmación o modificación de las conclusiones provisionales y los informes del fiscal y de los letrados.

La prueba documental será leída por el secretario de la sala, Joaquín Cassinello y todas las estimaciones coinciden en que durará un par de sesiones como máximo.

Previsiblemente, el Tribunal concederá un breve plazo de unos 15 días, ampliando las vacaciones de Semana Santa, para que el fiscal y los abogados elaboren sus conclusiones definitivas.

Las modificaciones introducidas sobre las calificaciones provisionales serán leídas en el juicio. Seguidamente el fiscal iniciará la exposición de su informe, al que seguirán los de las acusaciones particulares, los de las defensas y, por último, los informes de los abogados de los responsables civiles subsidiarios.

Fuentes jurídicas estiman que, aparte del fiscal y media docena de acusadores y otra media de defensores, cuyos informes serán muy amplios, las demás partes emplearán poco tiempo en defender sus tesis.

El presidente del tribunal, que considera muy lógicas estas estimaciones, desconfía de que las previsiones se vayan a cumplir, y recuerda que al iniciarse el juicio, cuando se supo que había tan elevado número de testigos, ya se dijo que muy probablemente durante la vista se renunciaría a gran parte de ellos, y no ha ocurrido así. Las renuncias a testigos han sido muy escasas.

Ante el tribunal han declarado más de 2.000 testigos y alrededor de 400 peritos, entre epidemiólogos, químicos, forenses, toxicólogos, neurólogos y otros de menor importancia.

Los peritos han confirmado casi unánimemente que el aceite de colza desnaturalizado fue el causante del envenenamiento masivo que asoló España en la primavera de 198 1.

Las pruebas realizadas con monos resultaron un rotundo fracaso, ya que no se pudo reproducir la enfermedad ni con aceite ni con pesticidas. Estos últimos productos constituyen la tesis alternativa que sostiene la defensa de los principales acusados, según la cual el envenenamiento no fue producido por el aceite de colza.

Por otra parte, las teorías del doctor Antonio Muro que vinculaban a tomates procedentes de Almería con el origen del envenenamiento -hortalizas presuntamente tratadas con los pesticidas prohibidos- han sido desacreditadas por científicos cualificados, pues ni la clínica de los enfermos se correspondía con los síntomas de una intoxicación por pesticidas, ni la ruta de distribución del supuesto tomate tóxico explica por qué no hubo enfermos en Almería, ni cómo personas que consumían los tomates y hortalizas de sus propias huertas resultaron afectadas por el síndrome tóxico.

El más voluminoso

El sumario sobre el síndrome tóxico es el más voluminoso de la historia judicial española, y ha derivado también en el juicio más largo, con una duración prevista de un año y dos meses. La instrucción del sumario transcurrió durante cuatro años y nueve ,meses.

No en vano están incluidos en los 662 tomos del proceso (250.000 folios) cerca de 25.000 afectados, 650 de ellos como víctimas mortales. Han intervenido 38 abogados defensores y, como mera coincidencia, otros 38 letrados acusadores, representantes en su mayoría de las asociaciones de afectados. Los peritos españoles convocados para expresar sus opiniones ante el tribunal han sido 208, además de 42 especialistas extranjeros.