Diplomacias paralelas

Cinco presidentes autonómicos se encuentran en la actualidad en viajes oficiales al extranjero o han regresado en los últimos días. Otros preparan desplazamientos -Latinoamérica, Estados Unidos y Extremo Oriente son los destinos preferidos, junto con la peregrinación a Bruselas- para los próximos meses. Mientras portavoces del Gobierno dicen no tener comentarios sobre el tema, en el Ministerio de Asuntos Exteriores se afirma que "la Administración central está por no crear problemas y facilitar los viajes", aunque privadamente se reconoce que a veces "hay fricciones".

El presídente del Gobierno castellano-leonés, el aliancista José María Aznar, pasará toda esta semana en Baviera (RFA), donde mañana se entrevistará con el presidente regional y de la CSU, Franz Josef Strauss. El presidente de la Junta andaluza, el socialista José Rodríguez de la Borbolla, acaba de regresar de París; el presidente canario, Fernando Fernández (CDS), ha viajado a Bruselas, de donde regresará mañana, para presentar personalmente las reivindicaciones de las islas ante la CE, y el leitendakari, José Antonio Ardanza, inició ayer una visita de dos semanas a diversos Estados norteamericanos para "promocionar el País Vasco en los Estados Unidos". Aunque no se revelaron los contactos que mantendrá, en Washington se aseguró que intentará entrevistarse con el presidente Ronald Reagan, aprovechando la amistad de éste con el senador Paul Laxalt, de origen vasco y representante lionigrífico de Euskadi en EE UU.Todos estos desplazamientos se producen pocos días después de que el presidente de la Generalitat catalana, Jordi Pujol, sin duda el más viajero de los jefes de Gobiernos autonómicos -44 salidas desde que asumió la presidencia en 1980-, regresase de dos polémicos recorridos por Estrasburgo e Italia: allí, la prohibición, emanada del Gobierno central español, de que los escoltas del president portasen pistolas, estuvo a punto de provocar un serio conflicto entre Barcelona y Madrid. Cuando, la semana pasada, Pujol visitó Andalucía, sus escoltas se quedaron estupefáctos al saber que los de Rodríguez de la Borboña "no viajan".

El Gobierno central se muestra algo desconcertado, a la vista de la proliferación de viajes "de trabajo", "institucionales", "oficiales", "oficiosos" o "semiprivados" que protagonizan presidentes y consejeros de Gobiernos regionales, parlamentos autónomos, comisiones parlamentarias o, incluso, alcaldes que acuden a bendecir hermanamientos imposibles entre ciudades dispares. Los resultados, si se atiende al espacio ocupado en los periódicos de los países visitados, parecen ser "prácticamente nulos", según comentó un miembro del Gobierno central, donde, en cualquier caso, se trata de minimizar oficialmente el alcance de las fricciones. Igualmente dudosos, desde el punto de vista de los logros, parecen los desplazamientos a la capital de la CE, donde catalanes, vascos y canarios han abierto oficinas.

Al borde de lo permitido

"Para nosotros es exactamente igual el delegado de un gobierno autónomo que el representante del Banco de Bilbao", comentó ayer un alto funcionario español ante la CE. "En general, los -viajes a Bruselas no sirven sino para formar lobbíes [grupos de presión] de escasa eficacia, porque al final, se negocia de Estado a recursos para ponerse en el límite de lo permitido por la Constitución, que prevé que la política externa la ejecuta el Gobierno central", dijo el citado alto funcionario en Bruselas, quien recordó que, en algunas ocasión, se ha intentado, incluso, suscribir acuerdos de Estado a Estado por parte de algún Gobierno regional, lo que es claramente ilegal". El propio ministro de Administraciones Públicas, Joaquín Almunia, manifestó que la actuación de Pujol se sitúa "en los límites de lo aceptable para la necesaria unidad de acción política en España".En general, y desde hace, al menos, tres años, la mayor parte de las Comunidades Autónomas trata de coordinar sus viajes con el Gobierno central, mediante la Secretaría General Técnica del Ministerio de Asuntos Exteriores. Así, Rodríguez de la Borbolla -que aseguré a este periódico: "He hecho pocos viajes, voy con poca gente y procuro siempre que tengan una justificación clara"- suspendió en octubre una visita a Argentina porque, poco después, viajaba a Buenos Aires el presidente Felipe González.

Pero, por las mismas fechas, y ajeno a cualquier superposición de intereses, se desplazó a la capital del Plata el presidente del Senado, José Federico de Carvajal, a quien una fuente del Palacio de Santa Cruz llamó "rey de la diplomacia paralela". "Pero los viajes institucionales de los presidentes de las Cámaras legislativas tienen un carácter distinto, en el que no puede hablarse de superposición de intereses de Estado", agregó la misma fuente. El presidente del Congreso de los Diputados, Félix Pons, que acaba de regresar de Jordania y Egipto, visitará en mayo Polonia y la RDA.