Fracaso liberal en las municipales de Colombia

El opositor Partido Social Conservador (PSC) ganó 412 alcaldías -incluidas las de Bogotá y Medellín, las dos ciudades más grandes del país-, mientras que los liberales obtuvieron 420 alcaldías, y la izquierdista Unión Patriótica (UP) sólo 14, en las primeras elecciones populares para alcaldes en la historia de Colombia, celebradas el domingo último. Este resultado se considera en Colombia como un "desastre" y un "descalabro" liberal, producto de la división del partido, que se presentó escindido en varios grupos. El total de votos liberales les da una ventaja de cerca de un millón sobre sus clásicos adversarios.

De las 23 capitales departarmentales, los liberales ganaron 17 alcaldías y los conservadores siete. Estos resultados no enmascaran lo que los observadores coinciden en calificar de derrota líberal, agravada por el efecto psicológico de haber perdido la alcaldía en las dos ciudades más pobladas de Colombia, Bogotá, con seis millones de habitantes, y Medellín, con dos.En Bogotá se esperaba 1,2 millones de votantes de los 1,5 de votantes inscritos, pero sólo, votaron 932.349, un 73% del censo electoral. El conservador Andrés Pastrana, de 33 años, hijo del ex presidente Misael Pastrana, consiguió con 324.275 votos la alcaldía de Bogotá, que está considerada el segundo puesto de importancia política en Colombia, inmediatamente detrás de la presidencia de la República.

Después de Pastrana, en la disputa por la alcaldía de Bogotá, quedaron dos candidatos liberales, Juan Martín Caicedo, apoyado por el sector derechista del partido, con 236.567 votos, y Carlos Ossa, del sector liberal progresista, que consiguió 215.704 votos. La suma de los votos de los dos candidatos liberales habría bastado para derrotar al conservador Pastrana.

En cuarta posición por la alcaldía de la capital colombiana quedó María Eugenia Rojas, con 101.199 votos. La hija del dictador de los años cincuenta, general Gustavo Rojas Pinilla, reconoció pronto su derrota y compareció ante la prensa con un ojo tapado con esparadrapo.

Un grupo de mozalbetes pijos, simpatizantes de Pastrana, a. primeras horas de la tarde del domingo se lanzaron a las calles del barrio norte de Bogotá y se dedicaron a una batalla campal con paquetes de harina y huevos como proyectiles. Uno de los huevos se estrelló contra el ojo izquierdo de María Eugenia Rojas, que ahora lo tendrá tapado durante tres semanas.

La Unión Patriótica y varias agrupaciones de izquierda presentaron como candidatas a la alcaldía de Bogotá a la concejal Clara López, sobrina del ex presidente liberal Alfonso López Michelsen. López es una disidente del sector "nuevo liberalismo" del Partido Liberal y aceptó la candidatura de la izquierda, pero Ciarita, como se la conoce popularmente, sólo consiguió 33.34.9 votos, algo más del 3,5% de los votos emitidos.

Revés para la izquierda

Este resultado en la candidata de la Unión Patriótica y de la izquierda en Bogotá es un fracaso. También se considera un fracaso que la Unión Patriótica sólo haya conseguido 14 alcaldías en todo Colombia.Medellín fue una de las pocas ciudades donde los liberales lograron presentar una candidatura unitaria, apoyada por el liberalismo oficialista, el "nuevo liberalismo" y la Unión Patriótica, frente al candidato conservador, Juan Gómez, director del periódico El Colombiano.

La noche del pasado jueves el periódico sufrió un atentado con bomba, que causó la muerte de un transeúnte e hirió levemente a diez trabajadores de El Colombiano.

Los liberales de Medellín habían estado divididos hasta unas semanas antes de la elección, cuando consiguieron un candidato único. A pesar de lograr la unidad, los liberales perdieron en Medellín, donde hubo necesidad de recurrir a la foto de llegada para deternÚnar el vencedor. Sobre un total de 194.089 votantes, Gómez se impuso al candidato liberal, Juan Jaramifio, por una diferencia de sólo 1.886 votos. Jaramillo no reconoció todavía su derrota y dijo que sólo lo hará cuando se efectúe el escrutinio definitivo.

Los resultados del domingo se interpretan en Colombia, casi unánimemente, como un desastre liberal y la consecuencia de la división interna del partido.

El periódico El Espectador, en un editorial, ataca directamente al presidente de la nación, el liberal Virgilio, Barco, por no haber asumido su condición de líder del partido: "Ahora deberá contemplar apesadumbrado los resultados de su negativa a obrar como el jefe que es, para bien o para mal, del partido de gobierno". Añade el editorial que "rompiendo en todas las formas el cerco asfixiante que le tendieron (a Barco) los gamonales (caciques) y los corruptos jefes de provincia y de barrio no hay duda de que el resultado que hoy se tiene habría sido muy otro".

Las primeras elecciones populares de alcaldes significan un cambio en la estructura tradicional del poder en Colombia. El presidente pierde poder porque ya no designará a los alcaldes, y al mismo tiempo el sistema se descentraliza y se posibilita el control popular directo de las administraciones municipales.

El dirigente del Partido Conservador, Misael Pastrana, declaró ayer que con las elecciones "ha culminado uno de los más trascendentales procesos de cambio institucional de nuestra nación. Es quizá el paso más importante que Colombia ha dado en la centuria de vigencia de nuestra Constitución".