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El cumpleaños más feliz de Sara Montiel

Fiesta sorpresa para la diva manchega con motivo de su 60º aniversario

"Los llevo muy bien, con mucha dijnidad y iqué coño, hay que cumplirlos!". Así se expresaba Sara Montiel durante la que calificó como su noche más hermosa, en el transcurso de la fiesta sorpresa con que la obsequió su marido, el empresario mallorquín Pepe Tous, para que la estrella celebrara con un grupo de amigos su 60º aniversario. Toda una ocasión que se festejó cumplidamente.

La madre de Zeus entró en el Palace vestida con un modelo italiano de falda larga abierta mostrando el muslo izquierdo y chaqueta negra de paillete. Lleva el pelo, muy rojo, recogido en moño, pero en la modalidad raya al lado, que es como le han dicho que tiene que peinarse los hermanos Eguiguren, que le han hecho esas fotografías publicadas en Hola de las que habla todo el mundo. Nueva imagen, pero la Sara de siempre, rodeada por sus amigos y parte de su familia para celebrar su 60º cumpleaños.Entre los amigos: José Bono, presidente de la comunidad de Castilla-La Mancha, pues no hemos de olvidar que Sara nació en Campo de Criptana; el gobernador civil de Palma de Mallorca, en donde tiene su nido de amor; el supergalán Vicente Parra, que se conserva mucho mejor que cualquiera de los de Falcon Crest, Rosita Ferrer, Paloma Hurtado, Julio Ayesa, Juan Antonio Bardem, José Luis Sáenz de Heredia, Pedro Olea, Jorge Berlanga, Luis Cobos, Gyenes, Marian Conde, Manuel Hidalgo, Jesús Hermida, Antonio Mingote, Emilio Romero y Francisco Umbral, que al final de la noche leería un sentido homenaje dedicado a la estrella y titulado Antoñísima. Por cierto, que la calificó de "esfinge manchega" "cardo florecido" y varios cientos de adjetivos más.

Estábamos también una nube de periodistas que a lo largo de los años hemos ido coincidiendo con Sara en nuestra vida profesional. La verdad es que verla, para nosotros, es siempre como ir de peregrinación. Lo que pasa es que, en vez de besar el santo, comprobamos que tiene las joyas en su sitio. Tranquiliza, en tiempos como éstos, constatar que el tremendo tú y yo de diamantes reforzado con esmeraldas sigue en su meñique. Por no hablar de las perlas. Un collar de ocho vueltas que, si lo llega a llevar Mariona Rebull, aún ahora lo estarían recogiendo a las puertas del Liceo.

Entre los asistentes, Paloma Gómez Borrero, Pitita Ridruejo y el prestigioso cirujano plástico Antonio Tapia. Y todos se preguntaban si el milagro de la belleza de Sara-Antonia se debe a la intercesión del Papa, de la Virgen o de la cirugía, respectivamente.

57 kilos de gozo

Pepe Tous hizo de maestro de ceremonias, y Sara no cabía de gozo en sus 57 kilos. Tous parece el compendio de todos los galanes que esta mujer se hizo importar desde remotos rincones para que le dieran la réplica en sus legendarias, películas. Posee la distinción del ruso Ivan Rassimov, el pelo cano de Giancarlo del Duca y la discreción del pobre Maurice Ronet, que Dios tenga en su gloria. Para acabar de redondear sus cualidades, la trata como Armando Calvo cuidaba de María Luján en El último cuplé.Sara aprovechó la ocasión para confirmar que va a grabar una serie de siete capítulos para Televisión, con Jesús Yagüe como realizador y los siete pecados capitales como tema. En la serie interpretará 42 canciones. Además, dentro de un mes saldrá su disco Purísimo, en el que se suelta el pelo a lo moderno. Le han compuesto canciones Carlos Berlanga, los hermanos Gómez, el maestro Segura, Joaquín Sabina, Javier Gurruchaga y Alberto Cortez. "De modo que, como veréis, vuelvo a empezar con muchísima marcha".

Esta increíble señora, que confiesa haber sufrido 11 abortos involuntarios, haber dormido en la tumba de su madre durante tres meses sin otra protección que un visón, haber tenido complejo de Electra -que le curó Pepe Tous, naturalmente- y que en alguna ocasión ha contado impávida que el primer dinero que cobró en Hollywood le salió volando por la ventanilla del avión mientras lo contaba, esta mujer todavía seductora, de pueblo, de campo, valiente y juncal, parece tener, en efecto, muchísima vida por delante.

A lo largo de la fiesta se comprobó una de esas cosas que raramente ocurren en este país y en esta profesión: un derroche de cariño. Ahora que, como diría Carlos Herrera, "ya no somos progres partidarios de Gaddafi", parece que apreciamos en su justo valor a una señora entre cuyos generosos pechos reposé nada menos que Anthony Mann, entre otros fulgurantes pretendientes. Bien es cierto que, en sus memorias, Sara abusa atribuyéndose idilios con divos muertos que ya no pueden protestar -incluido James Dean-, pero cualquiera que contemple las fotos de su juventud y también de su madurez se dará cuenta de que Sara Montiel no fue ninguna tontería. Ni lo es ahora.

Aparte de los famosos que alegraron la fiesta, festejaron a Antonia algunos miembros de su familia. Entre ellos, su hermana Elpidia, de 75 años, y su prima hermana Manuela, de 82, que vinieron a Madrid desde Campo de Criptana expresamente para el cumpleaños. Manuela recordaba con orgullo la noche en que El último cuplé se estrenó en su pueblo.

El final de la noche

La noche acabó, cuando la mayoría de los invitados se hubo ido, con un grupo reunido en torno a Sara y al doctor Tapia. Y se habló, es de suponer, de dobles barbillas y patas de gallo. "Tú aún no me necesitas, Antonia".

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