Waldheim pide perdón en el aniversario de la anexión a Alemania por los delitos de los nazis austriacos
, El presidente austriaco, Kurt Waldheim, pidió ayer perdón por los delitos cometidos por los nacionalsocialistas austriacos bajo el III Reich. En un discurso televisado con ocasión del 50º aniversario de la anexión de Austria a la Alemania nazi, Waldheim manifestó que "hubo austriacos que fueron víctimas y otros que fueron verdugos. Austria ha aprendido de su historia y ha demostrado al mundo durante cuatro décadas que respeta la libertad y la paz, la humanidad y la tolerancia".
En ningún momento mencionó expresamente el presidente los ataques de que es objeto por permanecer en el cargo tras hacerse público el informe de una comisión internacional de historiadores que determina que Waldheim mintió en diversas ocasiones durante su campaña electoral. No obstante, Waldheim no habló ayer de los cuatro años de su mandato que oficialmente le quedan por cumplir y a los que ha aludido siempre en pasadas intervenciones. Manifestó que utilizará "los próximos meses para, en diálogo con representantes de todas las instituciones, buscar perspectivas" para "una reforma fundamental de la vida pública de Austria con un reforzamiento de la moralidad para todos".En una concentración de varias decenas de miles de personas ante el Ayuntamiento de Viena, convocada por el alcalde socialista, Helmut Zilk, para conmemorar la anexión, oradores y manifestantes pidieron la dimisión del jefe del Estado. El ex canciller Bruno Kreisky dijo en la misma que Austria "tiene que volver a ser representada por los mejores". A mediodía, la policía había desactivado cuatro bombas de humo con un mecanismo de relojería que les hubiera hecho explosionar durante la concentración. En toda Austria se celebraron numerosos actos conmemorativos, que se prolongarán hasta el domingo. Para hoy han sido convocadas varias manifestaciones en Viena en pro y en contra del presidente.
Por primera vez en sus ya numerosas intervenciones televisadas desde que accedió al poder, Waldheim no habló de sí mismo más que para recordar que su padre fue detenido por la Gestapo tras la anexión. Tan sólo aludió al debate en torno a su persona al pedir,"corrección y objetividad" en la crítica. Volvió, sin embargo, a equiparar los ataques contra su persona con ataques a Austria. "Nuestro país está abierto a la crítica. Les pido que no vean a Austria bajo la luz de los terribles acontecimientos del pasado, sino también de los logros del presente. Les pido que dejen de proferir condenas generalizadas y ataques no cualificados y contemplen a Austria como es al filo de los ochenta, firme y dialogante, abierta al mundo y con la mirada en el futuro".
Las sombras del pasado
A los austriacos, de los que Waldheim no parece percibir críticas, pidió que "luchen contra las sombras del pasado. El sentido de estos días sólo puede ser uno: la reconciliación". Waldheim recordó a las numerosas víctimas del nacionalsocialismo, "de la monstruosa locura racista", del holocausto, una de las mayores tragedias de la historia de la humanidad", y señaló que "como jefe del Estado de la República de Austria quiero pedir perdón por los crímenes del nacionalsocialismo cometidos por austriacos". Añadió que "como Estado, Austria fue la primera víctima de Hitler", y recordó que la comunidad internacional no la defendió frente a los agresores.El jefe del Estado se dirigió a la nación por televisión, pese a que inicialmente estaba previsto que pronunciara su discurso en un acto oficial en el Parlamento; sin embargo, Waldheim accedió a no intervenir en este acto oficial que se celebra hoy ante la amenaza de boicoteo de ministros y parlamentarios socialistas que consideraban incompatible la intervención del presidente, ya símbolo de la falta de memoria, con el significado de un acto de reflexión y homenaje a las víctimas.
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