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Un joven, muerto de un disparo en la espalda por un policía municipal en Málaga

Antonio Cabello Rojas, de 17 años, resultó muerto el miércoles en Málaga a consecuencia de los disparos efectuados por un agente de la policía local. Uno de estos disparos penetró en el cuerpo del joven por la espalda, a la altura del omoplato. El orificio de salida lo tiene en la parte izquierda del pecho. El hecho sucedió en la medianoche del miércoles, en una calle apartada del centro de la ciudad. El joven ingresó vivo en la residencia sanitaria Carlos Haya y murió pocos minutos después. La versión oficial del suceso ha sido escueta y parca en detalles.

En la misma no se facilitó ni la identidad del joven ni la del menor de 15 años que le acompañaba. Según esta versión, sobre las 23.50 del miércoles se recibió una llamada telefónica en la central del 092 en la que se alertaba sobre un robo que se estaba cometiendo en el interior de un vehículo aparcado en la calle de Abdalajis. La nota añade que una patrulla del 092 se dirigió al lugar y observó la presencia de dos personas en el interior de un vehículo, quienes, según la misma versión, huyeron, siendo perseguidos por los policías. Tras darles el alto varias veces y ver que no se detenían, uno de los agentes efectuó tres "disparos intimidatorios" sobre la acera terriza de la calle.La versión oficial añade que el joven cayó al suelo después de correr unos 30 metros más, comprobándose entonces que había sido alcanzado por uno de los disparos, por lo que fue trasladado al hospital. El joven que le acompañaba, Hipólito Pacheco González, de 15 años de edad, fue detenido.

Jacinto Mena, concejal delegado de la policía local, explicó a este periódico que, según le había relatado el agente, éste realizó dos disparos contra el terrizo y el tercero se le escapó al perder el equilibrio durante la persecución. Añadió que los dos jóvenes emprendieron la huida en direcciones opuestas y que el policía que había hecho los disparos corrió tras Hipólito Pacheco, mientras que el otro, al ver que Antonio Cabello caía al suelo, se dirigió hacia él con intención de esposarlo, comprobando en ese momento que tenía sangre en el pecho.

Jacinto Mena calificó el hecho de lamentable accidente y manifestó que no le parece desmedido que la policía local utilice la pistola como arma de intimidación para dar el alto a presuntos delincuentes. Agregó que no se tomará ninguna medida contra el agente que efectuó los disparos hasta que no haya resolución judicial.

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