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Los asalariados se llevaron el año pasado el 50,1% de la renta, según el avance de la Contabilidad Nacional

Las remuneraciones de los asalariados recuperaron el año pasado su mayoría histórica en el reparto de la renta, perdida en 1986, después de más de un lustro de ganancias del excedente empresarial. Además de confirmar que la actividad económica creció el año pasado un 5,2% en volumen, el avance de la Contabilidad Nacional de 1987 señala que las rentas salariales se llevaron el año pasado el 50,1% del producto interior bruto (PIB), frente al 49,8% del ejercicio anterior. Hubo tres sectores -agrario, construcción y servicios bancarios- con tasas de crecimiento próximas al 10%. Pero el primero se vio desprovisto de parte del fruto de su expansión porque transfirió renta a otros sectores con la moderación de precios.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó ayer el avance de la Contabilidad Nacional de 1987, que había entregado hace días al Ministerio de Economía (véase El PAÍS de ayer). De los datos, más positivos de lo que se esperaba en la medida en que parten de una revisión al alza del aumento de la inversión y del consumo privado en 1987, se desprende que las remuneraciones de los asalariados han dejado de ceder su participación de la renta a los excedentes empresariales, poniendo fin al proceso de ajuste que se inició a finales de los años setenta y se consolidó a a partir de 1983. Tales remuneraciones crecieron el 11,9%, frente al 10,7% del excedente bruto de explotación, aunque éste en términos netos aumentó el 11,6%

Reparto de la 'tarta'

Excluido el papel redistribuidor del sector público, cuyo aumento de la presión fiscal directa e indirecta casi equivalió a la mitad del crecimiento económico, la mera comparación de la parte de tarta que se llevaron en 1987 los asalariados y los excedentes empresariales (el PIB al coste de los factores) vuelve a dar una mayoría del 50, 1 % a los primeros. Esta ligera mejora, apenas explicada numéricamente por el avance del INE, parece responder a tres hechos: que los salarios medios nominales del conjunto de la economía crecieron por encima del IPC, que hubo un "importante incremento de la población ocupada", y que las cotizaciones sociales a cargo de los empleadores crecieron un 12,3%, en parte por el aumento del empleo.Por sectores, el aumento de la renta ha discurrido de distinta forma que el del crecimiento económico, medido por el valor añadido generado en cada actividad. Así, el gran dinamismo de la agricultura, cuyo 9,5%. de aumento real hace de 1987 el mejor año desde 1971, ha sido compartido por los agricultores (la población con menor renta relativa) con otros sectores económicos. El valor añadido mejoró excepcionalmente por el fuerte crecimiento de la producción agrícola (30% los cereales en términos físicos, 10% el vino, 20% el aceite) y la moderación de los costes, acentuada porque la buena climatología abarató los costes ganaderos al permitir sustituir piensos por pastos. Pero la escasa subida de los precios percibidos (1,8%) provocó un trasvase de rentas desde el sector primario a otras actividades.

De los 5,2 puntos de expansión del PIB, la agricultura y la pesca aportaron 0,6, la industria 1,3, la construcción 0,8% y los servicios 2,6%, si bien la contribución de éstos se debe a su gran peso sobre el total de la economía (cerca del 60%), pues en 1987 han sido el sector con menor crecimiento (4,5%), al contrario de lo que ha solido ocurrir en las últimas décadas.

Si de la industria se exceptúa la construcción, el hecho de que el sector secundario haya crecido el triple que en Europa no ha interrumpido su pérdida de peso sobre el conjunto del PIB.

Las actividades industriales con mayores crecimientos han sido automóviles (9,5%), material de transporte (28,5% en vehículos, 15,9% la construcción de buques de pesca, 28,4% material ferroviario, transformados metálicos (dentro del mismo el material electrónico aumento el 3 1 %), y alimentación y bebidas (8,1%).

En los servicios, han destacado los subsectores de comercio (5%), hostelería (4,5% el turismo, frente al 9% del año anterior). Pero el mayor dinamismo dentro del sector terciario estuvo en los servicios bancarios y actividades similares: promoción inmobiliaria, asesorías fiscales y financieras, publicidad, seguridad y protección, servicios informáticos. En conjunto crecieron a una tasa media del 8% y aportaron 1,5 puntos al 5,2% del PIB.

Por el lado de la demanda, el aumento del consumo privado justificó en 1987 hasta 3,3 puntos del crecimiento del PIB, el consumo público otros 1,3, y la inversión -9,7% de incremento en 1986 y 13,8% en 1987- el resto hasta el 8% de aumento de la demanda interna. Pero el sector exterior quitó 2,8 puntos.

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