Italia compromete la reforma de la CE al negarse a aceptar el proyecto de presupuesto para 1988
Italia continúa bloqueando la aceptación del presupuesto comunitario para 1988, y, de esta manera, cuestiona el acuerdo de la cumbre de Bruselas, el pasado 13 de febrero, en el que los doce dieron su sí definitivo a la reforma de la Comunidad Europea (CE). El problema está provocado por un aumento de la contribución, italiana en 16.380 millones de pesetas (117 millones de ECU). El Gobierno de Giovanni Goria, en medio de la crisis política en que está inmerso, se niega a asumir ese incremento y pide que se reparta entre todos los países miembros. España y Francia se oponen rotundamente a ello.
Ayer se acabó el plazo dado para que Italia retirara sus reservas al proyecto de presupuesto planteadas en la reunión de ministros de Hacienda de la CE del pasado miércoles. La RFA, que ostenta el relevante papel de presidente de turno de la Comunidad Europea, llegó a ofrecer el lunes hasta cuatro fórmulas de compromiso diferentes para convencer a los italianos. España y Francia rechazaron tajantemente cualquier revisión del compromiso alcanzado en la cumbre de Bruselas, que fue aprobado como un paquete sobre la reforma y los nuevos recursos de la CE.Con la sutileza que les caracteriza, los italianos han separado el problema del terreno de los principios para llevarlo al campo de los números. Argumentan que, sin mala fe, la propuesta de nuevos recursos aprobada en la cumbre de Bruselas representa un trato desigual para su país; lo cual es cierto en parte, pero olvidan mencionar que la fórmula alambicada aceptada por los jefes de Estado y de Gobierno fue pensada precisamente para beneficíar a Italia. El anterior Gobierno de Bettino Craxi había incluido el peso de la economía negra en el producto interior bruto para así forzar el ingreso de Italia en el grupo de los siete grandes países. Esa nueva realidad económica representaba que el país tendría que aumentar su contribución a la CE en 1992 en 140.000 millones de pesetas, aunque los límites puestos para el cálculo del cuarto recurso dejaron reducido el sobrepago italiano a 56.000 millones, el máximo que estaban dispuestos a aceptar.
Salvar la 'cumbre'
Ese compromiso fue uno de los que salvó la cumbre. A cambio, Italia resultó beneficiada, gracias a la insistencia española, de la duplicación de fondos estructurales, cuando la RFA, Francia y otros países apoyaban dejarla fuera con el argumento de que ya se ha beneficiado bastante.
El cálculo del aumento de la contribución de cada país para el presupuesto de la CE para este año da a Italia ese exceso de 16.380 millones, que se niega a asumir porque dice que ello eleva al 1,4% del IVA la aportación italiana, mientras otros países se quedan algo por debajo de ese porcentaje. El problema se complica porque ese dinero está destinado a pagar el cheque británico.
Las negociaciones mantenidas ayer acabaron en un callejón sin salida de "11 contra Italia", según una fuente de la CE. De no llegarse a un acuerdo antes, el tema será discutido en la reunión informal que mantendrán los titulares de Exteriores de la CE el próximo sábado.
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