"La CE acaba en Tracia"
"Creo que la frontera de la Comunidad Europea acaba en Tracia", asegura Teodoros Pangalos, para explicar el rechazo griego al ingreso turco. "Si la CE acepta a Turquía, tendrá fronteras con Irán, el Cáucaso soviético y casi Afganistán". A pesar del espíritu de Davos, Grecia sigue viendo con muchos reparos la posibilidad de que su antigua potencia ocupante sea socio de su mismo club.El viceministro cita obstáculos económicos: "El ingreso turco supondría doblar los gastos agrícolas y multiplicar por cuatro los fondos estructurales".
Pero los más importantes son los problemas políticos. "Aunque la integración turca fuera posible para los otros once", dice Pangalos, "nosotros utilizaríamos nuestro derecho al veto, porque Ankara no reconoce el estatuto jurídico del mar Egeo y continúa manteniendo una presencia militar en territorio de un país independiente, Chipre".
Si estos dos problemas se resolvieran, concluye el viceministro de Exteriores, "tendríamos un acercamiento a la solicitud turca común a la de los otros miembros, es decir, determinar cómo afectaría la integración a los intereses de la Comunidad y nacionales" y actuar en consecuencia.
Pangalos no acepta que, con los pasos hacia la normalización política dados en Turquía desde 1983, este país se haya convertido en una democracia. "Han tenido elecciones", admite, "pero el partido comunista está prohibido, hay 30.000 detenidos políticos y leyes y artículos de la Constitución inaceptables en un país civilizado. No es válido decir que Turquía es ahora un poco más democrática. Toda democracia dirigida, fuerte, no es democracia. Es dictadura".
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