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El 'cobaya humano' fue usado para una cuestión trivial, afirma Michele Barzach

Lluís Bassets

"No queremos aprendices de brujo", declaró ayer a EL PAÍS la ministra de Sanidad francesa, Michele Barzach, a propósito del experimento realizado por el doctor Alain Milhaud sobre el cuerpo de un joven en coma profundo. La ministra ha destituido a Milhaud de su cargo de jefe del servicio de anestesia y reanimación del hospital regional de Amiens, le ha prohibido ejercer la medicina en el centro y ha instado la apertura de una investigación. Michele Barzac condena estas prácticas y asegura, además, que han sido empleadas para una cuestión trivial.

El médico de Amiens, que se atrevió a realizar un experimento con fines médico-legales sin permiso de la familia ni de la dirección del hospital, es conocido por sus arriesgadas propuestas de experimentación con enfermos en coma. Milhaud fue uno de los primeros médicos del mundo en propugnar la extracción de órganos destinados a trasplantes, hace 20 años, pero hace sólo tres años fue amonestado por la realización de un experimento sobre un comatoso.La ministra de Sanidad asegura que "los seres humanos no pueden ser utilizados como cobayas", y teme las consecuencias que pueden acarrear este tipo de experimentos. El presidente de la República, François Mitterrand, había asegurado poco antes que "el ser humano no es un instrumento". "Ni la búsqueda de la verdad ni el progreso científico", añadió, "deben hacer olvidar esta certeza: el hombre necesita que sus derechos sean defendidos por principios intangibles, y más cuando es débil o víctima".

La ministra cuenta con razones prácticas, además de las éticas, para oponerse a estas experimentos. "Este tipo de experiencias incontroladas y con finalidades médico-legales ponen en peligro la política de trasplantes de órganos, pues crean desconfianza entre la gente", asegura. "Si se utiliza a los enfermos en coma irreversible para una cuestión tan trivial como aportar pruebas en un juicio y no para salvar vidas gracias a sus órganos, todo queda trastocado y todas las fronteras abiertas para realizar las cosas más inadmisibles", añade. "La utilización de un cuerpo en coma irreversible para obtener órganos destinados a trasplante es un caso ético muy distinto y que no ofrece hoy ninguna duda".

Síntomas de asfixia

El doctor Milhaud hizo inhalar protóxido de nitrógeno a un joven de 24 años en coma irreversible sólo para observar si aparecían síntomas visibles de asfixia -piel azulada- y obtener así una prueba práctica destinada al proceso de los anestesistas de Poitiers, donde se juzga por homicidio en distintos grados a tres médicos del hospital regional de la ciudad. El vídeo sobre este experimento fue presentado por uno de los expertos de la acusación en el proceso de Poitiers.El doctor Milhaud propugna la experimentación con enfermos en coma profundo, que no significa necesariamente que sea irreversible. No existe la certeza absoluta, según sospechas de medios oficiales, de que el joven sobre el que se realizó el experimento -y que no falleció- se hallara en coma irreversible.

Para la ministra de Sanidad, el escándalo se explica porque "hay un problema de definición de la vida que afecta al embrión y al cuerpo en coma irreversible".

Barzach cree que no se debe ir más lejos. "Si no estableciéramos un límite, aparecería un boquete ético en las prácticas médicas muy peligroso, pues las tentaciones son muy grandes y no se sabe hasta dónde se puede llegar".

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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