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EL DEBATE SOBRE "EL ESTADO DE LA NACIÓN"

Muchos ciudadanos, no perciben la buena marcha de la economía, según las minorias parlamentarias.

La segunda jornada del debate sobre el estado de la nación puso de relieve un diálogo de sordos entre Gobierno y oposición acerca del paro, la inseguridad ciudadana y las deficiencias en los servicios sociales. El presidente del Gobierno, Felipe González, huyó de las cifras, pero se remitió al portavoz del Grupo Socialista, Eduardo Martín Toval, que se encargó de recordar a la Cámara los datos positivos sobre la política económica y social. Las minorías parlamentarias que intervinieron ayer pusieron el acento en que muchos ciudadanos no perciben personalmente la buena marcha de la economía proclamada por el Gobierno.

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Juan María Bandrés, diputado de Euskadiko Ezkerra, expresó así este diálogo de sordos: "Permítame", dijo al presidente, "que le macrofelicite por la evolución de la macroeconomía, pero cuando uno se encuentra por la calle con un macroperjudicado es difícil convencerle de que debe alegrarse por la marcha global de la economía".En el curso de este debate el presidente González acusé al Consejo General del Poder Judicial de no haber puesto en marcha un programa para el desarrollo de sus competencias. Existe un poder judicial "con una independencia sin parangón en otros países", dijo González, quien añadió que no se han extraído de eso las debidas consecuencias. "Todavía no está en marcha en España un proyecto del órgano de gobierno de los jueces para el desarrollo de su ámbito de competencias", afirmó rotundamente el jefe del Gobierno.

En otra alusión posterior de Juan María Bandrés a la actitud obstruccionista del Gobierno sobre la investigación judicial de un caso de posibles torturas, González consideró correcta la decisión tomada en su día. "No se puede investigar a 500 o a 1.000 guardias civiles por ese hecho, como no se puede llamar a ruedas de reconocimiento al vecindario completo de un bloque de apartamentos en el que se haya producido una pelea".

Ministro de Economía

En esta misma línea, González dedicó un cálido elogio a las Fuerzas de Seguridad del Estado, que "han aguantado en España una presión que en ningún país del mundo se hubiera soportado con el equilibrio y con la frialdad con que las nuestras lo han hecho".Gerardo Iglesias, portavoz de Izquierda Unida, empleó un tono políticamente más duro. "Los empresarios", dijo, "ganan aquí miles de millones de pesetas en un corto espacio de tiempo, mientras que los trabajadores tienen que hacer una huelga para obtener medio punto más de subida salarial". Y agregó: "Ustedes han permitido que la derecha recupere el ministro y el Ministerio de Economía y Hacienda". Iglesias aseveró también que los planes gubernamentales de prioridad al empleo juvenil van a sustituir trabajo fijo por eventual. En su respuesta, González afirmó que el 81 o el 82% de los contratos de trabajo en España son fijos, y añadió: "Las empresas piensan convertir en fijos" el 50% de los actuales contratos temporales.

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Iglesias acusó también al Gobierno de estar al servicio de Marruecos por no sostener claramente la necesidad de autodeterminación del Sáhara. González devolvió tal acusación al portavoz de Izquierda Unida y ex secretario general del PCE, con expresiones de incredulidad hacia el hecho de que plantee tal cosa un partido que ha aprobado la entrega de Ceuta y Melilla a Marruecos.

Javier Rupérez, del PDP, suscitó la cuestión de la crisis parlamentaria y la ausencia de comisiones de investigación. El presidente del Gobierno le replicó que "haremos alguna comisión" de este tipo, en el tono de quien hace una concesión que considera inútil. "El problema es que hay demasiados grupos en esta Cámara", dijo. "Los responsables de los Ejecutivos de Italia, Francia o la República Federal de Alemania se enfrentan, en debates como éste, a dos o tres formaciones políticas: aquí tenemos nueve o diez y creo que los ciudadanos no consiguen percibir las discrepancias entre nueve o diez proyectos diferenciados".

Iñaki Anasagasti, portavoz del Partido Nacionalista Vasco, pidió la máxima agilidad y generosidad en la reinserción social de los terroristas que abandonen las armas y se quejó del tratamiento informativo de TVE sobre la realidad vasca que, según este diputado, sólo aparece en las pantallas vinculada a las noticias negativas producidas por la violencia.

Críticas a TVE

Ésta y otras alusiones de diversos portavoces a RTVE provocaron en el presidente del Gobierno la siguiente respuesta: "Yo no intervengo en TVE". Y añadió: "Mi propio grupo parlamentario se queja de TVE, como lo hacen otros grupos. Ahora bien, si ustedes me piden que intervenga, lo haré". También insinuó que se podría discutir un modelo de reparto de influencias en dicho medio de comunicación, por sectores políticos, al estilo de otros países.El diputado Luis Mardones, de la Agrupación Independiente de Canarias, aseguró que esta comunidad sigue siendo la asignatura pendiente del Estado español. Por su parte, Ramón Izquierdo, de Unión Valenciana, insistió en los problemas del paro y la inseguridad, mientras que Serién Bernárdez, de Coalición Galega, aludió a discriminaciones de las comunidades autónomas en el reparto del dinero del Estado. E Isaías Zaragoza, del Partido Aragonés Regionalista, preguntó -y no obtuvo respuesta- sobre los planes gubernamentales respecto a la base militar de Zaragoza.

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