Catalanes
El grupo Els Joglars es una de esas producciones humanas a las que, al cabo, la historia debe agradecer la mejora en la calidad de la vida. No sólo promueven el arte, sino que, como el martes en TVE, ensanchan, cuando pueden, el territorio donde merece estar vivo.Francamente: el universo se divide entre los que se escandalizan con la última intervención de Els Joglars y los que se salvan con ella. El cosmos se reparte entre los que encuentran su destino en retorcerse como víctimas y los que aspiran a no vivir subordinados. Cataluña puede ser, gracias a multiplicar el tipo de catalanes que aplauden a Els Joglars, una de las naciones más libres. Pero hoy acaso sea, dentro del Estado español, una de las más beatas. Y aquella donde más ha prosperado el vicio de torcer el gesto. El "no nos quieren" es el frontispicio donde se refugian los apuros. Incluidos, si es preciso, los de la contabilidad bancaria y los resultados de fútbol.
En la noche del martes, unos catalanes maldijeron y otros rieron. El sentido del humor es inseparable de la capacidad para reírse de uno mismo. Pero reírse de uno requiere, a su vez, estar seguro de uno mismo. La identidad vacilante se defiende con la severidad; la severidad, con la grandilocuencia, y la grandilocuencia se convierte pronto en cartón piedra.
No es la figura del presidente de la Generalitat, ni la figura de la patrona, ni la del Barça el objeto de irrisión para Els Joglars. Es el uso particular de un cargo, de una figura religiosa o de un club deportivo lo que llega a dar risa. En estos casos la broma es una legítima defensa contra la zafiedad y las tufaradas de dirigismo. "Eso no se dice, eso no se hace, eso no se toca". He aquí el creciente lema político, social, futbolístico. Los más vivaces de los catalanes se ahogan en esta atmósfera donde se premia el silencio y donde al ejercicio del humor le sustituye demasiadas veces el malhumor, la susceptibilidad, la paranoia, la condena. Gracias a Els Joglars buena parte de los españoles han vuelto a recordar la pujanza de Cataluña.
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