La Iglesia y el Opus Dei reciben en donación dos palacios de Palermo

Correale Santacroce, viuda del 15º príncipe de Villafranca, Giuseppe Alliata, de noble familia calabresa, que acaba de fallecer a los 69 años de edad, ha dejado, por sorpresa, todos sus bienes al Opus Dei y al arzobispado de Palermo, entre ellos dos suntuosos palacios. Este hecho se produce pocos días después de ser difundida la encíclica de Juan Pablo II Sollicitudo rei socialis, en la que se afirma que en caso de necesidad la Iglesia podría vender sus bienes preciosos a favor de los que tienen hambre y están sin techo.Los dos edificios son el famoso palacio Villafranca de la plaza Bologni, en el centro de Palermo, donado a la Curia, y Villa Valguarnera, de Bagheria, a las afueras de la ciudad, con un precioso parque que se refleja en el mar, que le ha tocado al Opus Dei.

Esta última villa, residencia veraniega de los príncipes de Villafranca, fue construida en 1709 por la princesa María Ana Valguarnera según el proyecto de Tommaso Maria de Nápoles.

Los aspirantes a herederos han recurrido al Consejo de Estado. Alegan la existencia de un documento del difunto príncipe en el que pedía a su esposa que, cuando enviudase, no dejara las dos joyas en manos de extraños. También aducen que las sociedades espirituales, según la ley italiana, no pueden recibir donaciones sin aprobación del Gobierno.

El palacio Villafranca, dejado en herencia a la Curia, es uno de los monumentos del centro de Palermo con mayor historia. El proyecto de construcción, en 1670, del arquitecto Vaccarini, ocupa nada menos que siete volúmenes, conservados en el archivo de familia, donde hay también autógrafos de Carlos V.