Trabaja y bebe
La sociedad japonesa destaca desde el punto de vista económico a cambio de la pérdida de individualidad de muchos de sus miembros para conseguir la armonía de grupo. Es frecuente este tipo de educación entre los universitarios.Los jóvenes que no han tenido acceso al sistema educativo disfrutan de su espontaneidad. No han soportado una excesiva presión social aunque están influenciados por el mismo entorno.
Haciendo la gimnasia matinal en las oficinas, todo el mundo es disciplinado, mientras que en las líneas de producción, este mismo ejercicio se convierte en un cachondeo gracioso.
Los jóvenes titulados de la empresa, en general, viven estresados, y algunos reconocen que el sistema no es bueno, pero no intentan cambiarlo; unos pocos individuos no pueden hacer nada, por eso, según sus palabras, deben endurecerse y participar, lo que conducirá a su inhibición -en parte- personal. Entre los jóvenes con educación de enseñanza media no se observan estas neuras, les gusta comunicar, tienen mente abierta a lo nuevo, pasan de la disciplina.
La bebida, en Japón, es un hábito general, consecuencia del estrés colectivo en el trabajo y de la pérdida de privacidad. En esta sociedad, donde la anulación personal está bien vista, el alcohol tiene el terreno abonado para encontrar adictos.
Los gustos gregarios se inculcan desde pequeñitos: he visto a niños en una escuela, con los brazos en alto, gritando "¡banzai!" (victoria) al estilo japonés.
Estos hábitos también se observan en las oficinas, en forma de un conductismo -para el tratamiento con un superior o para hablar por teléfono-, consistente en usar frases y entonaciones estándar.
La sociedad japonesa destaca desde el punto de vista económico, pero muchos de sus trabajadores viven una vida con un pequeño contenido.-
Cáceres.
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