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Cuatro personas, intoxicadas por un gas lacrimógeno

Cuatro personas resultaron intoxicadas a últimas horas de la noche del pasado sábado por los efectos de un gas lacrimógeno presuntamente arrojado por un joven, en una acción que la policía piensa que pudo tratarse de una gamberrada. Las víctimas sufrieron irritación en los ojos y en las vías respiratorias.El presunto causante del hecho fue un hombre que se hallaba con otros tres en el bar restaurante Parada Sur, en el paseo de la Infanta Isabel, cerca de la glorieta de Atocha. Al pulsar un aerosol, los gases se dispersaron rápidamente por el comedor y la cafetería del establecimiento y el ambiente se hizo irrespirable.

El dueño del local, Joaquín Burgos González, de 54 años; el camarero Eduardo Choza Alvarez, de 34, y los clientes José Miguel Gómez Riesco, de 28 años, y Teresa Moreno Manzano, de 26, comenzaron a sentir irritación en los ojos y dificultades para respirar. Los demás clientes y empleados salieron a la calle para evitar los efectos de los gases.

Joaquín Burgos ha explicado: "Empezamos a sentir picores y creímos que se trataba de polvos de pica-pica. Pero no comprendíamos qué ocurría... No podíamos respirar. No sé lo que pretendía ese individuo, que estaba con otros armando bronca".

Un grupo de personas retuvo a Domingos António Cepeda Bartolomeu, de 25 años, de nacionalidad portuguesa, que desde hace dos meses trabaja como camarero en un bar de la calle de Alfonso XII, muy cerca de donde ocurrió el incidente. Dicho joven, al que las víctimas acusaron de ser quien presuntamente accionó el aerosol, fue detenido por la policía, que le trasladó a la comisaría de Retiro.

La policía realizó una inspección en el restaurante Parada Sur y en la calle, pero no pudo ser hallado el frasco que contenía el producto tóxico, según informaron fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

Los afectados por los gases, alguno de los cuales recibió asistencia en el hospital Gregorio Marañón, se encontraban ayer recuperados. Domingos António Cepeda fue puesto en libertad porque no existían contra él pruebas inculpatorias, según un portavoz policial.

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